martes, marzo 29, 2011

Prohíben Minifaldas en Oficina de Gobierno

La Noticia:
Minifaldas, escotes, mezclilla, ropa entallada y no tomar café en oficinas, son algunas de las nuevas disposiciones giradas a los trabajadores por el nuevo secretario de Salud… En contraparte, los doctores, funcionarios y hasta jefes de departamento deberán vestir con traje y corbata. La mezclilla y cualquier prenda de vestir con logotipos del sexenio anterior están prohibidas… Además se incluye la prohibición de usar tenis o playeras… Cabe señalar que en Estados como Guanajuato, Jalisco, Yucatán y en el Ayuntamiento de Aguascalientes, prohibieron el uso de escotes, minifaldas o vestimenta que fuera ‘provocativa’… (conexiontotal.mx)

Comentario:
Sin duda una disposición controvertida, quizás lamentada por ambos sexos en general y es que en la moda actual, la sensualidad es un elemento indispensable. ¿Cómo debemos considerar la medida? ¿En forma negativa, como coartadora de la libertad de vestir? ¿En forma positiva, como promotora de valores bíblicos en desuso?

Lo primero que habría que establecer es: ¿qué se entiende por una manera “provocativa” en el vestir? La palabra “provocativa” es utilizada porque “provoca” en el sexo opuesto pensamientos o sentimientos de lujuria (según el diccionario de la RAE: “Intentar excitar el deseo sexual en alguien”). Y sabemos que la lujuria es pecado. Se deduce entonces que quien viste de tal forma, está incitando a pecar al observador. Ciertamente no se fuerza a nadie a pecar, ya que está en la mente de cada quien la posibilidad de controlar los pensamientos lujuriosos, pero se está colaborando en la tentación. Y la Biblia nos advierte contra ello. Dijo Jesús a sus discípulos: Imposible es que no vengan tropiezos; mas ¡ay de aquel por quien vienen! (Lucas 17:1).

No se pueden evitar los tropiezos, pero debemos evitar ser quien los ocasiona. No debemos tomar la actitud de “Yo me visto como quiero y si alguien tiene problemas con la lujuria, es ‘su’ problema”. Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón. (Mateo 5:28)

¿Hasta qué punto es “provocativa” o “indecorosa” una manera de vestir? En el punto en que se afecta la manera de pensar de una persona del sexo opuesto. Cuando se deja entrever la propia desnudez (mostrando piel, o con ropa entallada) de forma que altere la atención de un observador.

En segundo lugar, es importante guardar la dignidad. Las mujeres no son una mercancía que se vende. Al vestir en forma provocativa muchas de ellas le están dando más valor a su cuerpo que a su carácter. No se puede negar que el cuerpo es parte de una persona, pero no es ni lo único, ni lo más importante. Lo valioso en una mujer es su yo interno, su carácter, su inteligencia, sus valores, su espíritu…

Es un error que las mujeres crean que pueden atraer seriamente a los hombres vistiendo sensualmente, porque ellos podrían ser atraídos por el aspecto sexual, en lugar de por el paquete completo. Cuando el aspecto sexual ha sido satisfecho, el hombre se retira, o se decepciona. En cuanto a las mujeres, quiero que ellas se vistan decorosamente, con modestia y recato, sin peinados ostentosos, ni oro, ni perlas ni vestidos costosos (1Timoteo 2:9).

Se dice que la ropa que usamos habla, envía mensajes… Incluso Pierre Cardin, famoso diseñador francés decía que el hombre elegante lo es por su forma de vestir. Por supuesto que el punto no es vestir en forma costosa u ostentosa, sino con decoro.

(Autor: Búscame la frase de Pierre Cardin para citarla textualmente)
(Editor: Ehhh… ¿“Compren más ropa”?)
(Autor: ¡No! La que se refiere a la elegancia)
(Editor: ¿Por qué no lo “gugleas”?)
(Autor: ¿Qué expresión es esa? ¿Y de un editor en español?)
(Editor: Tú dijiste que cuando pasáramos las 150,000 visitas ya me ibas a pagar)
(Autor: ¡Upss! No te preocupes en buscar. Usaré Google)

Por último se debe establecer que la desnudez (y por extrapolación, la forma de dejar entrever la propia desnudez) es vergonzosa.

Lo que dice la Biblia:
Por eso te aconsejo que de mí compres oro refinado por el fuego, para que te hagas rico; ropas blancas para que te vistas y cubras tu vergonzosa desnudez; y colirio para que te lo pongas en los ojos y recobres la vista (Apocalipsis 3:18).

La desnudez se percibió hasta que se introdujo el pecado en el mundo. En ese momento se les abrieron los ojos, y tomaron conciencia de su desnudez. Por eso, para cubrirse entretejieron hojas de higuera. Cuando el día comenzó a refrescar, oyeron el hombre y la mujer que Dios andaba recorriendo el jardín; entonces corrieron a esconderse entre los árboles, para que Dios no los viera. Pero Dios el Señor llamó al hombre y le dijo: ¿Dónde estás? El hombre contestó: Escuché que andabas por el jardín, y tuve miedo porque estoy desnudo. Por eso me escondí. ¿Y quién te ha dicho que estás desnudo? le preguntó Dios. ¿Acaso has comido del fruto del árbol que yo te prohibí comer? (Génesis 3:7-11). Después del regaño, Dios el Señor hizo ropa de pieles para el hombre y su mujer, y los vistió (Génesis 3:21).

Desde entonces se usa ropa. Y si bien es cierto que Dios no estableció reglas de vestimenta, sí estableció principios. El problema es la malicia, no el cuerpo. La lascivia no proviene de Dios, sino del mundo. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo (1Juan 2:16).