miércoles, mayo 02, 2007

Goza Hawking al Máximo Viaje Ingrávido

La Noticia:
"Fue asombroso... podría haber seguido sin parar", dijo Hawking, de 65 años, tras aterrizar de un viaje de dos horas en un Boeing 727-200 modificado y de paredes acorchadas que, volando en parábolas como una montaña rusa, produce períodos de ingravidez… el profesor está casi completamente paralizado por una enfermedad degenerativa, y sólo puede hablar mediante una computadora y un sintetizador… Cuatro médicos y dos enfermeras acompañaron al cosmólogo, vestido con traje azul de vuelo, a bordo del avión "G-Force One", conocido popularmente como el "vomit comet" (cometa del vómito) por los desagradables efectos que pueden sentir a bordo quienes se someten a la experiencia… La Corporación Gravedad Cero (Zero-G), operadora del avión, usualmente cobra 3 mil 500 dólares por pasajero por un vuelo de 90 minutos… El científico viajó sentado durante el ascenso y una vez la nave descendió fue levantado por dos personas que lo guiaron en el aire mientras flotó libremente… Hawking, autor del best seller "Breve historia del tiempo", sobre el origen del universo y la creación del espacio-tiempo, y donde también toca temas más amplios como la metafísica, dijo que la oportunidad de experimentar la ingravidez era "maravillosa"… "Creo que la raza humana no tiene futuro si no va al espacio", dijo Hawking. "Creo que la vida en la Tierra está cada vez en más riesgo de desaparecer por un desastre como el calentamiento global, la guerra nuclear, un virus desarrollado genéticamente u otros peligros", agregó… Hawking, titular de la Cátedra Lucasiana de Matemáticas de Cambridge, puesto una vez ocupado por Sir Isaac Newton, padece de una enfermedad degenerativa, esclerosis lateral amiotrófica, que se le diagnosticó a los 22 años de edad.

Comentario:
¡Y yo que me quejaba de que un paseo por el ratón loco de la feria local costaba mucho! No necesito pagar tanto para sentirme mareado y tan solo de conocer el sobrenombre del avión, creo que prefiero mantenerme en tierra firme. Una vez en mi vida pagué para subir a la montaña rusa: ¡fue una vez más de lo que hubiera debido! Ahora bien, yo se que existen personas a las que les fascinan las emociones fuertes, los adictos a la adrenalina, los que practican deportes extremos, quienes sienten que para estar vivos hay que desafiar a la gravedad: ¡muy su dinero! Supongo que hay suficientes personas así, o ya hubiera quebrado el negocio de este avioncito, el “G-Force One.” No tengo nada contra ellas, que quede claro, pero por favor, si es usted una de ellas, antes de su siguiente salto en paracaídas (o equivalente: “bungee”, motocicleta, patineta, etc.), asegúrese de haber aceptado a Jesús como su señor y salvador personal. Sólo por si acaso.

Respeto al Doctor Stephen W. Hawking, el científico minusválido que hizo el viaje y me alegro que para él haya representado una emoción única abandonar su silla de ruedas y flotar en el avión. Pero no tengo por qué concordar con sus opiniones. Se que lo que estoy diciendo puede ser chocante para la comunidad científica: ¿Disentir con el Doctor Hawking, titular de la Cátedra Lucasiana de Matemáticas de Cambridge, puesto una vez ocupado por Sir Isaac Newton? ¡Blasfemia! Trataré de explicarme, pero debo aclarar por anticipado, que ningún ser humano, por brillante e inteligente que sea (yo incluido), tiene el dominio de la verdad en lo tocante al futuro de la humanidad. Por supuesto que no voy a debatir con él el resultado de una serie de ecuaciones diferenciales complejas (porque salgo perdiendo), sin embargo, él está entrando a un terreno donde desafía a Jesús y se está ganando este pleito.

(Editor: No había porque aclarar quién salía perdiendo. ¿La borro?)
(Autor: Quería resaltar mi humildad)
(Editor: Entonces ¿aquello de brillante e...?)
(Autor: Olvídalo, olvídalo)

El Doctor Hawking dijo: "Creo que la raza humana no tiene futuro si no va al espacio." También: "Creo que la vida en la Tierra está cada vez en más riesgo de desaparecer por un desastre como el calentamiento global, la guerra nuclear, un virus desarrollado genéticamente u otros peligros." En su sitio de Internet, en una Conferencia titulada “Vida en el Universo,” escribió: “Uno puede definir Vida como un sistema ordenado que puede sostenerse a sí mismo en contra de la tendencia al desorden y que puede reproducirse a sí mismo.” “Un ser viviente usualmente posee dos elementos: un sistema de instrucciones que le dicta al sistema como sostenerse y reproducirse y un mecanismo para llevar a cabo las instrucciones. En biología, estas dos partes son llamadas genes y metabolismo. Pero es conveniente enfatizar que no es necesario que exista nada biológico acerca de ellas. Por ejemplo, un virus de computadora es un programa que hará copias de si mismo en la memoria de una computadora y que se transferirá a si mismo a otras computadoras. Por lo que se ajusta a la definición de un sistema viviente que he proporcionado.”

También menciona en su artículo (dejo de citarlo textualmente porque es muy prolífico) que existe vida en otros mundos, pero que no sabemos de ella porque la probabilidad de vida inteligente es muy baja (él mismo lo dice), o que la vida no ha evolucionado lo suficiente, o que no se ha molestado en visitarnos. De hecho, cuando estaba leyendo su artículo, al menos toda la primera parte, parecía que iba a defender la idea de que existe un diseñador divino, porque argumentaba acerca de las bajas probabilidades de que se combinaran en forma aleatoria los elementos básicos (carbono, hidrógeno, oxígeno) en forma tal de llegar a formar el complejísimo DNA. Sin embargo de esto concluyó que quizá no haya tanta vida en el universo, sino quizá una poca. Luego pasó a especular que como la vida también puede ser mecánica (según él, los virus de computadora son formas de vida) podemos enviar elementos mecánicos al espacio a colonizar otros planetas.

Honestamente es muy peculiar su forma de visualizar el futuro de la humanidad: Naves mecánicas (robots) con la capacidad de reproducirse, que lleven incorporada la producción literaria de las bibliotecas terrestres (espero que este Blog vaya incorporado en algún robotito, ¿eso lo haría mi Tatara-tatara-tatara-nieto?) Me encanta la ciencia-ficción, incluso cuando era joven llegué a escribir relatos de este sub-género, pero siempre fui capaz de distinguirlos de la realidad. Me parece que el Doctor Hawking está tratando de borrar la línea en forma un tanto forzada.

En otra parte el Doctor Hawking dijo: “Somos tales insignificantes criaturas, en un planeta menor, de una estrella bastante promedio en los suburbios exteriores de una de cien mil millones de galaxias. Por lo que es difícil creer en un Dios al que le importemos o que siquiera note nuestra existencia.”

He ahí el punto. Tal vez es por la enfermedad que lo aqueja, o por falta de contacto humano sincero, o falta de amor a su alrededor, o algún otro suceso en su vida, por lo que es incapaz de creer en Dios. Lo lamento, pero tengo que rebatirlo. No somos ni insignificantes, ni vivimos en un planeta menor. Si la Tierra fue preparada, en el mejor sitio posible del Universo, por Dios para nosotros, no podemos ser insignificantes. Y si le interesamos lo suficiente como para darnos un hogar confortable, es porque desea tener contacto personal con cada uno de nosotros. Alguien que puede crear el universo, bien puede tener la capacidad para atendernos a todos. El Doctor Hawking no lo puede creer y por ello vive sin esperanza para los seres humanos biológicos.

Tan le importamos que nos ha regalado los atardeceres, las flores, los aromas, las playas, los bosques y por supuesto nos dotó con los sentidos para poderlos disfrutar. Nos obsequió además con alma, espíritu y una familia (biológica) para disfrutar la vida acompañados y eso es prueba suficiente de su existencia.

Lo que dice la Biblia:
Pues el Señor es quien da la sabiduría; la ciencia y el conocimiento brotan de sus labios (Proverbios 2:6)

Sabiduría es comprender que Dios nos formó y que sólo en él podemos confiar, aún cuando el futuro se perciba incierto. Contentémonos con lo poco que tengamos hoy en este planeta que él nos regaló, porque mañana estaremos con él en espíritu en un sitio donde los tesoros no están basados en metales pesados.

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