La Noticia:
La obesidad ha crecido tanto en Gran Bretaña, que el Gobierno del Primer Ministro Gordon Brown está dispuesto a pagar a los gordos para que adelgacen… Esta semana se anunció un programa para combatir la obesidad, que se ha convertido en el principal problema de salud pública en el país… El plan incluye, además de premios en efectivo, vales canjeables por alimentos saludables o por sesiones en el gimnasio… Según el Ministerio de Salud, actualmente, una cuarta parte de la población británica es obesa y se estima que en 2010 habrá 13 millones de personas con este problema… Se planea que en 2011 sean obligatorias las clases de cocina en las secundarias y se sugiere prohibir la venta de hamburguesas, patatas fritas y comida ricas en azúcar y grasas cerca de las escuelas… (reforma.com)
Comentario:
Antes que nada debo aclarar que este comentario no va dedicado a las personas con sobrepeso por culpa de alguna enfermedad, problema o circunstancia extraordinaria. Si alguien es muy sensible acerca de este tema, por favor sáltese hasta el párrafo que comienza con: “Cuidar nuestro organismo…” Si usted es sólo un poco sensible y no desea recibir ningún consejo sobre cómo administrar su cuerpo, pero resiste una broma sobre la obesidad, sáltese hasta el párrafo que comienza con: “¿Sabe usted por qué…?”. Pero si usted es de los que toman doble postre, golosinas entre comidas, muchas comidas rápidas y/o llenas de calorías y grasas, aunque no tenga problemas de sobrepeso, le sugiero que se mantenga leyendo y no se pierda de nada.
Ciertamente es difícil ser disciplinado y controlar la dieta, sobre todo en países con buen nivel económico, donde el trabajo físico tiende a desaparecer y se tiene dinero extra para comer frecuentemente en la calle, o cuando el tiempo que se dispone para los alimentos nos obligan a engullir hamburguesas, pizza o emparedados, acompañados con una buena dotación de papas fritas y refrescos azucarados.
Si bien la gula o glotonería se menciona en la Biblia como pecado, al parecer el problema es que la definición queda al arbitrio de cada quien. Así, el comer “sólo” una hamburguesa con papas y refresco no es glotonería (lo sería consumir tres o más hamburguesas dobles con tocino en una misma comida, ¿no es así?). Después de todo, Pablo nunca especificó la cantidad de calorías, carbohidratos o grasas (saturadas/insaturadas) que deberíamos consumir. Además, mucho depende de las calorías que se queman con el ejercicio, volumen corporal, trabajo, etc. Así que una receta universal, no existe. Pero…
Seamos sinceros. Cada quien conocemos bien nuestro organismo y sabemos un mínimo de nutrición como para comprender que estamos violando principios fundamentales en alguna o muchas de nuestras comidas. Sabemos que las frutas y verduras en general, son buenas, que debemos consumir fuentes de proteínas regularmente y dejar en un mínimo, grasas y azúcares. Así que el problema no radica en el conocimiento, sino en la aplicación.
A ningún niño (alguna excepción habrá, supongo) le gustan los champiñones, las aceitunas o el café. El gusto por cierto tipo de alimentos se desarrolla con tiempo. De igual forma necesitaremos tiempo y perseverancia en aprender a favorecer el pan integral sobre el blanco, las frutas sobre los postres azucarados, las bebidas sin endulzar sobre refrescos embotellados, etc. Pero el resultado será un cuerpo saludable, al menos en lo que nos compete a nosotros.
La Biblia dice: “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual habéis recibido de Dios, y que no sois vuestros?” (1 Corintios 6:19). Si bien el contexto aquí es acerca de la fornicación, muy bien puede aplicar a la disciplina de una buena alimentación y un régimen de ejercicio. Si le tenemos que rendir cuentas a Dios de lo que hicimos con el cuerpo que nos prestó, más nos conviene comenzar a cuidarlo.
Lo que Dice la Biblia
Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y libertinaje, no en contiendas y envidia. Al contrario, vestíos del Señor Jesucristo y no satisfagáis los deseos de la carne. (Romanos 13:13-14)
Nótese que el comer de más (o mal), está al mismo nivel que las borracheras, lujurias, libertinaje, contiendas y envidias. Hagamos un análisis de nuestro régimen alimenticio, independientemente de lo que marque la báscula y consideremos que Dios es un padre amoroso que sufre al vernos comer “porquerías” que arruinan nuestro apetito.
¿Sabe usted por qué los gordos…?
(Editor: Recuerda que una de tus promesas de año nuevo fue la de evitar el sarcasmo)
(Autor: Pero es una historia muy buena y yo no la escribí, sino que circula en Internet)
(Editor: ¿Y eso evita que sea sarcasmo? ¿Qué tal si mejor ponemos el chiste sobre autores de Blog que…?)
(Autor: De acuerdo, de acuerdo, pero si alguien protesta porque no está el chiste prometido, tú respondes)
Cuidar nuestro organismo es una responsabilidad que tenemos ante Dios. La forma que nuestro cuerpo adopte (con buena alimentación y ejercicio), está en las manos de Él.