La Noticia:
La red de suministro de electricidad de Brasil creó una reserva adicional para evitar un apagón nacional… cuando se transmita el capítulo final de la popular telenovela Tropical Paradise… TV Globo espera que el 90 por ciento del público televidente del país, de 186 millones de habitantes, sintonicen el último episodio para descubrir quién asesinó a la villana Tais o si Bebel, una prostituta, será feliz por siempre… "Nos preocupa que un repentino aumento en (el consumo de) la electricidad al final del programa ocasione un apagón", dijo un vocero… "Cuando todo termine, millones de personas se levantarán de sus asientos para encender las luces de sus salas, abrir el refrigerador para tomar una cerveza fría o calentar la cena en un horno de microondas", explicó… (reforma.com)
Comentario:
¡Un país entero se desconecta al conectarse al televisor! Asumo que si desean ver el final, es porque conocieron el principio y lo de en medio. ¿Cuántas horas hombre fueron gastadas ahí?
(Editor: La primera frase debería cambiarse)
(Autor: Es un juego de palabras, a mí me gusta…)
(Editor: ¿Se supone que debe ser gracioso?)
(Autor: ¡Claro! ¿Te lo explico? El que se conecta…)
(Editor: Sí lo entiendo, pero no lo veo gracioso)
(Autor: Es que necesitas mejorar el humor. ¡Sonríe hombre, es una broma!)
Y no me refiero a que la gente debería estar trabajando. Quiero creer que estaban viendo la televisión en su tiempo de ocio. Pero ese tiempo libre pudo aprovecharse para sostener conversaciones con la familia (al menos de algo diferente a especular quién mató a la villana), para pasear con familiares o amigos, para leer algo que reditúe para la propia vida, o para acercarse más a Dios.
¿Cuántas horas permaneció en el aire la serie completa? ¿20? ¿30? ¿40? No tengo información, pero quizás en ese tiempo se hubiera podido leer completo el Nuevo Testamento o al menos una cuarta parte del Antiguo. ¿No sería mejor que saber quién se casa con quién?
Además la Biblia tiene historias fascinantes, que no por conocer el final pierden su frescura. Ahí está el caso de Rahab, la prostituta (parece que los televidentes también desean saber si la prostituta “será feliz por siempre”).
Lo que dice la Biblia:
Mas la ciudad será anatema al SEÑOR, ella con todas las cosas que están en ella; solamente Rahab la ramera vivirá, con todos los que estuvieren en casa con ella, por cuanto escondió los mensajeros que enviamos. (Josué 6:17)
El final no fue que ella vivió (feliz o no), sino que formó parte de la genealogía de Jesús. Y Jesús es el verdadero final. Las historias de la televisión terminan en un supuesto “final” cuando el héroe se casa con la muchacha guapa, o cuando la heroína se besa con el valiente y apuesto galán.
Consultemos la tasa de divorcios de cualquier país y sabremos que ese no es el “final feliz.” El único y real “final feliz” es cuando los personajes (yo, tú, él, nosotros, ellos) aceptan a Jesús y son capaces de recibir y comprender el gran amor que derramó al entregar su vida por todos nosotros.
Entreguemos nuestra vida a Él y nos daremos cuenta que esa es realmente la única historia que vale la pena contar.
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