La Noticia:
Publicada por CNN.com
Ilana Benhuri que vivía en el edificio de departamentos en que se estrelló el pitcher de los Yankees Cory Lidle, sobrevivió luego que su ama de llaves vio venir el avión y corrió desde otro cuarto para ayudarla a salir… “Ilana estaba en el mismo cuarto donde golpeó la nariz del avión,” dijo su cuñado, Marc Benhuri. “Te digo que es un verdadero milagro que ella esté viva. Honestamente creo que Dios estaba en sus hombros”… Ilana Benhuri, de 50 años, estaba trabajando algunos papeles en su escritorio cuando escuchó el pequeño avión afuera de su departamento del piso 30. El ama de llaves, Eveline Reategue, vio venir el avión y corrió al cuarto para sacarla… El avión se estrelló en el departamento mientras ellas trataban de salir. Lidle y su instructor de vuelo murieron… “Tomé a la señora (del brazo) y corrimos,” dijo Reategue. “El piso estaba en llamas y parecía que se iba a desplomar.” Ilana fue hospitalizada con quemaduras, pero estable. Eveline Salió ilesa.
Comentario:
La gente de Estados Unidos y principalmente quienes viven en Nueva York, se llevaron un buen susto por el recuerdo de las famosas Torres Gemelas. Otro avión que se estrella en un edificio de NY y además en día 11. Pero creo que el susto mayor se lo llevó esta señora Ilana. La noticia no es tan específica, pero me la imagino abriendo su correspondencia tranquilamente en su escritorio, bebiendo un capuchino mientras recorta cupones para ahorrar $1.00 en la compra del paquete familiar de suavizante de ropa. Da un sorbo a su café y nota que ya está frío. “¡Eveline!,” grita. “¿Puedes recalentarme el café?” Mientras espera la respuesta de Eveline, se reacomoda sus zapatillas de tela que usa dentro de su casa, mientras piensa: “¿Dios, cuándo veré a esta mujer apurarse por algo?” No bien completa el pensamiento cuando Eveline abre la puerta de su despacho con violencia y entra corriendo. Apenas alcanza a pensar: “Dios, ¿cómo le hiciste?,” cuando Eveline la toma por el brazo, la ayuda a levantarse y prácticamente la arrastra. Finalmente ella se vuelve a la ventana y ve al avión, que al igual que en las caricaturas, va directo a su escritorio. Se decide en contra de rescatar el cupón de $1.00 para el suavizante y corre tan aprisa como sus zapatillas y su reuma se lo permiten. Salen del departamento justo a tiempo (como en película de Holywood). Cierran la puerta y dentro la explosión inicia el fuego. Aparte de dar gracias a Dios, claro, Eveline piensa en lo que le costará limpiar el departamento cuando acabe todo e Ilana en que ya no se quejará por un café frío.
El pitcher (imaginemos sólo como ejercicio mental que está en una nube con su arpa) piensa que qué bueno que no le tocó lanzar en la recién concluida serie de los Yankees porque con su puntería, hubiera golpeado a todos los bateadores. El instructor de vuelo (imaginémoslo también con su arpita, pero un tanto más molesto) piensa que debió haberse quedado en la escuela de manejo de autos, que lo debió haber dejado más tiempo en el simulador, que hasta su hijo maneja mejor…
Gracias por las Eveline del mundo. Ella pudo simplemente abandonar el barco (es un decir) al ver el avión (literal), pero decidió ir por su jefa. ¿Cuántos estamos dispuestos a arriesgar la vida por nuestro jefe? No conteste.
Jesús no sólo la arriesgó, sino la entregó en la cruz por ti y por mí.
¡Gracias Eveline!
¡Gracias Señor Jesús!
El Versículo:
[Jesús]…y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.
2 Corintios 5:15
Eveline pudo haber salvado una vida terrenal. Es una heroína sin duda, no le restemos méritos. Pero si nos entusiasma este ejemplo, ¿qué debemos sentir por Jesús? Él murió por la salvación eterna de todos los que le acepten.
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