jueves, julio 31, 2008

Fallece Sacerdote que Voló con Globos

La Noticia:
Pruebas de AND confirmaron que un cuerpo hallado cerca de la costa de Brasil es la de un sacerdote que desapareció mientras volaba sobre el Atlántico llevado por cientos de globos de fiesta multicolores… El reverendo Adeliz Antonio de Carli salió de la ciudad brasileña de Paranagua amarrado a 1,000 globos llenados con helio en un intento por reunir fondos para construir un lugar de reposo y centro de adoración para camioneros… Pero el sacerdote católico romano de 41 años pronto perdió contacto con su equipo de tierra y el grupo de globos coloridos fue encontrado en el agua un día después… Por varios días luego de la desaparición del sacerdote rescatistas en barcos, aviones y helicópteros rastrearon una gran superficie de mar y áreas de montaña densamente cubiertas por bosques… (cnn.com)

Comentario:
Comencemos con unas preguntas irrelevantes e irreverentes. ¿Nadie se le ocurrió sugerirle a este reverendo que una rifa o una kermés eran más seguras? ¿Tenía en su “nave” algo de control, como bajar un poco reventando algunos globos y subir inflando otros? ¿Se habrá llevado sus propios cacahuates, que es lo único que ofrecen en los aviones hoy en día? ¿Habrá visto de niño demasiados episodios del coyote y el correcaminos?

Por supuesto no creo que a nadie se le ocurra imitar algo semejante, por lo que un consejo de “no hagan esto,” sale sobrando, aunque me puedo llevar sorpresas. Después de todo, año con año aparecen turistas en Pamplona dispuestos a correr con toros bajo el efecto del alcohol (nótese que los alcoholizados son los turistas, los toros están sobrios y eso evita más tragedias).

Pero existen áreas menos “extremas” donde aún ponemos a prueba la paciencia de Dios: viajar muy por arriba de los límites de velocidad, ganarle el paso al tren o alcanzar a cruzar antes de la luz roja, cruzar la calle en sitios indebidos, usar la motocicleta sin casco, no revisar el auto antes de salir a carretera, no usar cinturón de seguridad, dejar niños sin supervisión en el hogar, no asegurar puertas y ventanas al salir, no hacer revisiones médicas periódicas, seguir dietas descuidadas, etc.

En otro orden, y no menos “extremas,” están las situaciones en que las personas están esperando que Dios supla sus necesidades y no trabajan, o lo hacen marginalmente porque, es su argumento, si Dios cuida aún de los pajarillos, con más razón de sus hijos. Y no digamos los que esperan sacarse la lotería y que han derrochado una pequeña fortuna (que si hubieran puesto en el banco, ya serían efectivamente ricos) comprando boletos de rifas y sorteos.

Lo que dice la Biblia:
Luego el diablo lo llevó a la ciudad santa e hizo que se pusiera de pie sobre la parte más alta del templo, y le dijo:
-Si eres el Hijo de Dios, tírate abajo. Porque escrito está: 'Ordenará a sus ángeles que te sostengan en sus manos, para que no tropieces con ninguna piedra.'
-También está escrito: 'No pongas a prueba al Señor tu Dios' -le contestó Jesús.

(Mat 4:6-7)

Hay diferencia entre vivir confiados en Dios y en poner a prueba a Dios y eso expresó magistralmente Jesús en esta cita. Podemos confiar en que Dios, si es su voluntad, nos hará un milagro de sanidad o económico, pero eso no debe impedir que asistamos al médico, que trabajemos, que cuidemos nuestro hogar, que seamos cautelosos, o que seamos organizados con nuestras finanzas. Así que olvidémonos de los globos y vivamos sensatamente que Dios hará (siempre ha hecho) su parte.

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