La Noticia:
La crisis financiera de Estados Unidos quiebra bancos y corazones en la `meca´ del capitalismo. “La manera en que los cristianos respondan a la crisis (financiera de EEUU) será una evidencia de su sabiduría, coraje, integridad y compasión tanto por los poderosos como por los humildes”. De esta manera evaluó la revista Christianity Today la responsabilidad de los cristianos vinculados al principal centro financiero mundial ante a la serie de quiebras bancarias, derrumbes de cotizaciones y bancarrotas ocurridas en las últimas semanas… A. J. Rice, director ejecutivo de la firma Pomeroy Capital, recibió muchas llamadas, varias de ellas provenían de amigos del quebrado banco de inversión Lehman Brothers, que estaban angustiados por la desolación de sus colegas. Uno de ellos le dijo: “Nunca vi hombres grandes llorar de esa manera”… (protestantedigital.com)
Comentario:
Uno de los temas que más tocó Jesús durante su ministerio fue el dinero, sin duda porque percibió el gran daño que puede provocar en la vida de una persona. Si bien es cierto que el tener dinero no es malo en sí, ya que el dinero sirve para la adquisición de comodidades, también es la fuente de muchos sinsabores y tragedias. El dinero realmente carece de valor si ampliamos nuestra perspectiva de lo que es la vida. ¿De qué sirven las riquezas en el aspecto espiritual, el aspecto físico, o el aspecto de relaciones humanas? En un contexto eterno el papel del dinero es más bien pequeño ya que las riquezas son inefectivas ante la salvación y la vida eterna. Asimismo son inefectivas en muchos aspectos terrenales. No existe un almacén donde se pueda adquirir unos centímetros extra de estatura, donde se vendan facciones diferentes, inteligencia o talento.
(Editor: Es una lástima porque estábamos haciendo una colecta en tu nombre)
(Autor: Gracias, pero estoy satisfecho con mi estatura…)
(Editor: No era por tu estatura)
(Autor: Con mis facciones…)
(Editor: Difícil de creer, pero tampoco era por tus facciones)
(Autor: Con mi…)
(Editor: No sigas porque te vas a delatar. De todos modos, no habíamos reunido mucho)
También es un hecho que el dinero no puede comprar las cosas más valiosas de la vida, como el amor o los amigos (quizás pueda adquirir compañía, más no amistad verdadera).
Y por si fuera poco, las riquezas son inciertas, como lo atestigua la noticia. Muchas de esas personas llorando estos días en Wall Street quizás no arrojaron una sola lágrima cuando firmaron su acta de divorcio o enterraron a un ser querido.
A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos. Que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos, generosos. (1Ti 6:17-18)
¿Aún sigue pensando que es mejor tener dinero? Escuche esto: la riqueza puede acarrear enfermedades por alteraciones nerviosas o estrés y aún la muerte a quien es incapaz de soportar las presiones. En muchos países latinoamericanos que sufren de inseguridad pública, los ricos son seleccionados como víctimas para los secuestros.
El que ama el dinero, no se saciará de dinero; y el que ama el mucho tener, no sacará fruto. También esto es vanidad. Cuando aumentan los bienes, también aumentan los que los consumen. ¿Qué bien, pues, tendrá su dueño, sino verlos con sus ojos? Dulce es el sueño del trabajador, coma mucho, coma poco; pero al rico no le deja dormir la abundancia. (Eclesiastés 5:10-12)
¿No es irónico que el dinero pueda comprar una cama de alta tecnología, pero que el dueño de ella no pueda conciliar el sueño por sus ocupaciones o preocupaciones? No debemos poner la confianza en el dinero, sino en Dios. No nos equivoquemos, la fuente de la salud, el descanso, la satisfacción y la felicidad es Dios.
No te afanes por hacerte rico; sé prudente, y desiste. ¿Has de poner tus ojos en las riquezas, siendo ningunas? Porque se harán alas como alas de águila, y volarán al cielo. (Proverbios 23:1-6)
Insistimos, no es el tener dinero en sí el problema, sino el convertirlo en el objetivo de nuestra vida, en el afán diario, en otorgarle el lugar que merece Dios. Es evidente que debemos trabajar y ganar dinero para el sostenimiento de nuestra familia, pero nuestro corazón no debe corromperse en el proceso.
Lo que dice la Biblia:
Pues donde tengan ustedes su tesoro, allí estará también su corazón. (Lucas 12:34)
El diezmar es una forma de verificar en dónde está nuestro tesoro. Al obedecer el mandato del diezmo sin cuestionar su destino y con una sonrisa en los labios, mostramos las prioridades en nuestras vidas.
Debemos además ser generosos, porque muchas gentes, sobre todo en estos tiempos de crisis económica, van a tener necesidades, ya sea monetarias o de cierto consuelo. Entregar un poco de nuestro tiempo o nuestro dinero a esas personas que pierden sus ahorros o sus empleos, reflejará el amor de Dios en nuestras vidas.
El que confía en sus riquezas caerá; mas los justos reverdecerán como ramas. (Proverbios 11:28)
Estemos pues atentos y abramos los ojos para nunca poner nuestra confianza en la riqueza, sino en el Señor.
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