La Noticia:
Corea del Norte, cuyo reciente ensayo nuclear fue condenado internacionalmente, amenazó hoy con atacar a su vecino del sur después que Seúl se unió al plan de Estados Unidos para inspeccionar barcos que podrían transportar equipos para armas de destrucción masiva… Sumándose a la creciente tensión en la región, medios surcoreanos informaron que Pyongyang había reactivado una planta que produce plutonio que puede utilizarse en bombas nucleares…En Moscú, agencias de noticias citaron a un funcionario diciendo que Rusia está tomando medidas preventivas de seguridad porque teme que las tensiones generadas por el ensayo desaten una guerra nuclear… El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas está analizando formas de sancionar a Pyongyang por la prueba del lunes, denunciada en general como una gran amenaza a la estabilidad regional y que deja más cerca al aislado país de tener una bomba nuclear fiable… "Cualquier acto hostil contra nuestras embarcaciones pacíficas, como registro e incautación, será considerado una violación imperdonable a nuestra soberanía y responderemos inmediatamente con un potente ataque militar", dijo un portavoz del Ejército norcoreano… (reforma.com)
Comentario:
Cuando parecía que el mundo se había estado deshaciendo de su arsenal nuclear, un pequeño país desafía a los poderosos y se cuela al selecto club de los nucleares (si bien por la puerta trasera). Las preguntas que inmediatamente surgen son: ¿Una guerra nuclear está considerada dentro de las señales del fin de los tiempos? ¿Pudo el Apocalipsis prever algo que sería producido en el siglo XX? ¿Cómo debe reaccionar un cristiano ante esta y otras noticias similares?
Repasemos primero alguna información relevante alrededor de la noticia. Sólo existen 7 países que poseen bombas atómicas (Corea del Norte aún no las tiene, aunque quizá las desarrolle luego de esta prueba). Ellos son: Estados Unidos, Rusia, China, Francia, Gran Bretaña, India y Pakistán. Hubo otros países que las tuvieron, como por ejemplo Ucrania y otras ex repúblicas soviéticas, básicamente como herencia al dividirse la antigua Unión Soviética, pero que han terminado por entregarlas a Rusia. Se sospecha que Israel las posee, aunque mantiene un completo silencio sobre el particular.
Estados Unidos y Rusia resistieron la tentación de utilizar su armamento durante la guerra fría y en la actualidad se antoja difícil que lo hagan, ya que dejaron de considerarse en competencia por la jerarquía mundial. El sistema económico ruso (y de las otras 14 ex-repúblicas soviéticas) está cambiando hacia uno capitalista y con ello se perdió el motivo para considerarse enemigo de los Estados Unidos. China ha dejado de estar aislada y parece estar ganando mucho en su apertura al capitalismo. Ha estado teniendo un crecimiento económico inigualable y carece de motivo para forjarse enemigos. Francia y Gran Bretaña son potencias europeas aliadas de Estados Unidos, con economías estables y altos estándares de vida, por lo que se consideran más guardianas del orden que capaces de iniciar un conflicto bélico. Quizá exista cierto temor de India y Pakistán, ya que ambos países están en disputa por cierto territorio (Cachemira) en su frontera, no se estiman mucho entre ellos y consideran su arsenal nuclear como un acto de balance. Un pequeño conflicto entre colonos de la zona de Cachemira, un error y tendríamos una guerra de alcance impredecible.
Corea del Norte añade a esta ecuación en forma peligrosa. Han fallado las pláticas entre las dos Coreas por una posible reunificación (ahí donde otros países han triunfado como las dos Alemanias y los dos Vietnams), mucho por el carácter megalómano del dictador de Corea del Norte. Un hombre capaz de desairar en negociaciones de desarme a un frente formado por Estados Unidos, Rusia, China, Japón y Corea del Sur, ciertamente puede considerarse un hombre peligroso.
Tan atemorizante como una conflagración involucrando armas atómicas pueda resultar, no debemos tomar este tipo de noticias como argumento para construir refugios subterráneos, o como para acumular despensas en latas, sino como algo natural que ha sido anunciado desde hace mucho tiempo. Son de hecho señales de un acontecimiento más extraordinario: la segunda venida de Cristo.
Cuando se le preguntó a Jesús cuáles serían las señales antes del fin, Él contestó:
Oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca, pero aún no es el fin. Se levantará nación contra nación y reino contra reino; y habrá pestes, hambres y terremotos en diferentes lugares (Mateo 24:6,7).
¿Pudo el Apóstol Pedro, alrededor del año 100, prever como una de las señales una hecatombe nuclear? Veamos lo que dice la Biblia:
Lo que dice la Biblia:
Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas (2 Pedro 3:10).
La referencia a que los elementos ardiendo serán desechos ¿puede deberse a una conflagración nuclear? Si bien no necesariamente, ¿cómo podría alguien de aquel tiempo describir sin la terminología actual, un conflicto de ese tipo? Consideremos también lo que dice un poco más adelante:
¡…esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán! (2 Pedro 3:12)
Realmente parece aplicable. Y si añadimos que cada prueba nuclear (Corea del Sur detectó la fuerza de la prueba de su vecino del norte por el sismógrafo) genera un movimiento telúrico, es evidente que las explosiones nucleares añadirán terremotos producidos por el hombre a las estadísticas de los terremotos naturales, completando así el panorama expuesto en Mateo 24:7.
Origen de los Conflictos Bélicos
Puede existir la tentación, equivocada, de considerar que los riesgos de un conflicto bélico pueden disminuir o incluso desaparecer si eliminamos a los principales actores. Por ejemplo, en el caso de Corea del Norte, eliminando a su líder. Ya lo verificó en la práctica el Presidente de los Estados Unidos: la intervención en Afganistán e Irak, no han eliminado el terrorismo y quizá, al contrario, se haya exacerbado el odio contra los ciudadanos americanos en muchos países del mundo. El punto es que no se eliminó realmente a la fuente del conflicto. No está en el cuerpo físico de las personas, está en su corazón.
¿De dónde nace la guerra sino de la ambición? Y no tenemos que restringirnos a las guerras entre países, podemos aplicarlo incluso al nivel de los hogares (micro-guerras). Cuando se da una discusión entre cónyuges, es porque ambos están buscando algo que la otra parte no está dispuesta a ceder: apoyo con las tareas cotidianas, trato especial, mayores privilegios, etc.
¿Por qué queremos algo? También la Biblia nos contesta:
¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, las cuales combaten en vuestros miembros? (Santiago 4:1)
¿Es una micro-guerra (o un pleito) mejor que una guerra? Sí, en el sentido de las consecuencias en volumen (muertos, damnificados). No, en el sentido de la derrota espiritual (almas perdidas). Si bien es cierto que existen hoy día sitios en Internet que inducen al odio y que incluso aportan instrucciones para el ensamble de bombas caseras, los pleitos pueden existir aún sin armas. ¿Se requiere hacer explotar una bomba, o alistarse en el ejército, para participar en una guerra? ¿Se requiere adquirir un arma de fuego y segar a balazos una vida para ser un asesino? No necesariamente. Leamos 1 Juan 3:15:
Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él (1 Juan 3:15).
La Biblia pone al mismo nivel al que mata y al que odia. El que odia es como el que mata, y al homicida no le espera un futuro muy halagador.
Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda (Apocalipsis 21:8).
Actitud Frente a las Señales
Como cristianos debemos entender que las señales del fin, no son el fin en sí mismo. Las guerras, terremotos, epidemias son como una flecha señalando en cierta dirección, una llamada de atención a un evento de suma importancia: ¡Cristo viene! Ciertamente es difícil alegrarse por la existencia de conflictos, lo mismo que es complicado aceptar la muerte de un ser querido. Pero entendiendo que la muerte natural es sólo un escalón para una vida más plena y eterna, debe generar contentamiento entre los seguidores de Cristo. Es entonces el entendimiento la palabra clave.
Ahora bien, si usted no es aún un seguidor de Cristo, no es capaz de pensar con tranquilidad en la vida después de la muerte terrenal, o si no está seguro de su destino eterno, bien podría tener temores por los acontecimientos actuales. Las buenas noticias son que puede sumarse al selecto grupo de seguidores de Jesús, desterrar la incertidumbre y obtener la paz interior. Y si además, el seguir a Jesús es gratis, no debería posponerlo para más adelante. Nadie sabe las noticias que se publicarán mañana.
(Si está interesado en conocer más de cómo seguir a Cristo, lea por favor el artículo anterior "Epidemia de Influenza.")
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