La muerte es inevitable. Perdón por iniciar así de tajante la reflexión, pero se trata de una verdad universal de la cual no podemos escapar. ¿Tiene entonces caso que oremos por los enfermos? Por supuesto que sí. Tal vez no sepamos de los designios de Dios, tal vez no alteremos la voluntad divina en relación a esa persona, pero le estamos mostrando a Dios que nos interesa y que la amamos.
En su gran misericordia, Dios puede obrar un milagro y sanar a la persona por la que oramos. ¡Gloria a Dios! Pero aún si Dios no responde y nuestro enfermo no mejora, no debemos sentir que fue inútil el tiempo que pasamos orando. Nuestra oración le brinda consuelo a la persona y la sensibiliza para acercarse más a Dios. De hecho, nuestra oración no debería limitarse únicamente a los aspectos que sólo Dios controla, como la salud y la muerte, sino que debemos incluir en nuestra oración aquello que depende de nosotros. Esto es: buscar a Dios. El verso 2 del Salmo 42, lo expresa en forma inmejorable: ¿Cuándo vendré y me presentaré delante de Dios?
No lo tomemos como nuestra presentación ante Dios una vez fallecidos, sino en vida. ¿Hasta cuándo esperaremos para buscar a Dios? Si nuestra oración motiva a la persona enferma a acercarse a Dios, debemos regocijarnos. Por favor lea todo el Salmo 42. Habla de buscar a Dios en medio de la tribulación. Compartámoslo con toda aquella persona que enfrenta problemas y por supuesto, que sea de bendición para nosotros mismos.
Lo que dice la Biblia:
Como el ciervo anhela las corrientes de agua, así suspira por Tí, oh Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios viviente; ¿Cuándo vendré y me presentaré delante de Dios? (Salmo 42:1-2)
1 comentario:
Cuando oramos por los enfermos por su sanidad,nosotros muchas veces pedimos por su sanidad física y sucede que Dios hace una sanidad espiritual y la persona fallece o simplemente la persona continua enfermo del cuerpo pero su ser espiritual(espíritu y alma) han sido sanados.Dios siempre busca sanarnos de adentro para afuera y lo hace poco a poco,es todo un proceso.Pero nosotros tenemos que continuar orando por ellos y dejar que Dios obre conforme a su voluntad divina."Orad sin cesar"(1 Tesalonicenses 5:17)
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