sábado, septiembre 14, 2013

Meditar en La Palabra

A veces dejamos nuestra vida espiritual en descuido. Esto es, no le damos el primer lugar en nuestra lista de prioridades. Vivimos cargados cada día por sacar adelante nuestro trabajo o nuestros estudios. Nos preocupamos por atender a nuestra familia, en sacar adelante sus necesidades. Nos apuramos en cumplir con una larga lista de pendientes que se nos han ido acumulando. Y no queda tiempo en el día para nuestra vida espiritual.

Por supuesto que no es malo esforzarse en el trabajo, o atender los quehaceres diarios. El punto aquí es que olvidamos darle el primer lugar a Dios en nuestras vidas. Sin dejar de hacer lo anterior, debemos seguir los siguientes dos pasos: (1) Leer y meditar en la Palabra. (2) Practicar la Palabra.

Lo que dice la Biblia:
Recita siempre el libro de la ley y medita en él de día y de noche; cumple con cuidado todo lo que en él está escrito. Así prosperarás y tendrás éxito (Josué 1:8).

La cita de Josué 1:8 nos ofrece una promesa maravillosa: Si seguimos los dos pasos anteriores, prosperaremos y tendremos éxito. Notemos que hay una condición: meditar de día y de noche en la Palabra. Ya sé que estará pensando que es una exageración, Biblia, Biblia y más Biblia. Si lo piensa un poco, es mejor meditar en la Palabra que hacerlo en los deportes, videojuegos, chismes, series, películas, etc. Como el maná del antiguo testamento. Tome un poco de Biblia cada día, según su necesidad y disfrute meditando en ella. Con el tiempo irá consumiendo más y un día percibirá que es un alimento sin el cual no se puede vivir.


Eliminemos excusas para no hacerlo y otorguemos a Dios y a Su Palabra el primer lugar en nuestras vidas. Además de saber que Él se lo merece, nuestras vidas ¡prosperarán!

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