Lo que dice la Biblia:
Ustedes antes ni siquiera eran
pueblo, pero ahora son pueblo de Dios; antes no habían recibido misericordia,
pero ahora ya la han recibido
(1 Pedro 2:10).
A
veces olvidamos que fuera de Dios no hay esperanza. Así como la gente que
viajaba con Moisés de repente renegaba y añoraba los tiempos de esclavitud en
Egipto, hay quien olvida el grandísimo honor se ser parte del Pueblo de Dios.
Al aceptar a Cristo, no solo Dios nos prometió vida eterna sin merecerlo (la más
grande de las misericordias), sino que nos adoptó como miembros de Su Pueblo.
¿Qué
significa ser miembros del Pueblo de Dios? Es disfrutar ser conciudadanos de
gente redimida, libre de sus pecados del pasado, optimista por el porvenir. Es
tener una membresía en un club libre de preocupaciones, sabedores que alguien
se ocupará en rescatarnos si nos metemos en problemas. Es poseer una familia
que comparte nuestras creencias y nos entiende. Es el haber sido adoptados por
el mejor padre al que se puede aspirar: Dios.
Así
que dejemos de añorar esos tiempos en que el alcohol era el centro del
entretenimiento, en que la promiscuidad sexual parecía atractiva, en que la
mentira y el engaño eran algo ingenioso y disfrutemos nuestra nueva vida como
ciudadanos del Pueblo de Dios. Demos gracias por pertenecer a él y exploremos
sus beneficios, comenzando por leer el Manual del Ciudadano: La Biblia. Si aún
no tiene su pasaporte, ¿qué espera para obtenerlo? Es gratis. Si ya lo tiene…
¡Goce y disfrute el pertenecer al pueblo con las mejores expectativas de vida:
el Pueblo de Dios!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario