Lo que Dice la
Biblia:
No se amolden al
mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así
podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta (Romanos 12:2).
Quizás
no exista nada peor que un cristiano que no se distingue de los no seguidores
de Cristo. Cuando decidimos seguir a Jesús, nos separamos del mundo. ¿Cómo
entonces podemos comer, beber, trabajar, relacionarnos con los demás como si
nada hubiera pasado? La cita de Romanos 12:2 dice que no nos amoldemos al mundo
actual. ¿Cuál es el mundo actual? Basta echar un vistazo a las películas de
Hollywood, a las series de televisión, a los eventos sociales del entorno. Los
ejemplos que provienen de ahí transpiran que el alcoholismo es algo normal, que
el uso de drogas es decisión personal, que la promiscuidad sexual es algo
divertido, que el chisme es algo natural, que la mentira es obligada, etc.
Al
decir que no nos amoldemos al mundo actual, no significa que nos salgamos de él
y que nos convirtamos en ermitaños, sino que no permitamos ser contagiados por
una forma de vida caótica y lejos de aquella deseada por Dios para nosotros.
Debemos estar en el mundo, pero debemos ser “sal y luz” para el mundo. Debemos
separarnos claramente de las tendencias mundanas y ser diferentes en un mundo
abatido por el pecado.
No
estamos solos en dicha misión. Dios está con nosotros, nos apoyará y nos dará
recompensa. Y la recompensa no solo será en la vida eterna (suficiente de por sí),
sino que incluso durante nuestra estancia en la Tierra recibiremos gratas
consecuencias por no mentir, no beber, no tomar drogas, no caer en la
promiscuidad sexual, etc. Las consecuencias serán, entre otras, paz, gozo interior, satisfacción, y por supuesto,
cercanía con Dios. ¡Recompensa suficiente como para renunciar a los placeres
que el mundo ofrece!
1 comentario:
Alonso, gracias por tus sabios comentarios. Dios te bendiga.
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