Hasta un necio
pasa por sabio si guarda silencio; se le considera prudente si cierra la boca (Proverbios
17:28).
¿Habrá
visualizado el sabio Salomón los nuevos tiempos, estos en los que hablar por
Facebook y Twitter es algo común? En ese sentido, ¿cerrar la boca implica
también los mensajes de texto?
Acabo
de leer la noticia de que algunos bromistas pusieron una foto de Steven
Spielberg, el famoso director de Parque Jurásico, posando junto al cuerpo
inerte del triceratops (quizás lo recuerde de la película: un triceratops
enfermo tirado de costado). Los bromistas subieron la foto a las redes sociales
y, aprovechando que tenía una pose al estilo de los cazadores, acusaron a
Spielberg de “matar” animales inocentes. Lo sorprendente fue que muchas
personas reaccionaron escribiendo que era un cazador inhumano y que ya no
volverían a ver sus películas.
No
es tan grave no saber que los dinosaurios están extintos desde hace millones de
años, como el opinar de un tema del que no tiene uno idea. La prudencia de la
que habla Salomón se refiere a eso. Por supuesto que podemos usar las redes
sociales, por supuesto que podemos, e incluso debemos, comunicarnos con
familiares y amigos. El problema es opinar, sin bases, sobre situaciones
debatibles.
Ojalá
tenga el deseo ferviente de hablar sobre el Evangelio. En ese sentido no cierre
la boca. La sugerencia, en todo caso, es leer antes la Palabra, estudiarla,
conocerla, a fin de que nuestras palabras sean sabias y tengan un efecto poderoso.
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