El rey le
contestó: 'Siervo malo, con tus propias palabras te voy a juzgar. ¿Así que
sabías que soy muy exigente, que tomo lo que no deposité y cosecho lo que no
sembré?
(Lucas 19:22)
Quizás
recuerde la historia: un hombre de la nobleza salió de su tierra para ir a ser
coronado rey y antes de partir dejó dinero a sus siervos para que lo
administraran. Al regresar pidió cuentas y recompensó a quienes reprodujeron el
dinero. Uno de ellos le regresó la suma intacta y además trató de excusarse
alegando que el hombre era muy exigente.
La
historia intenta resaltar el hecho de que Dios nos ha dado cosas: dinero,
bienes, talento, habilidades, etc., y que eventualmente llegará el momento en
que tengamos que rendir cuentas de lo que hicimos en beneficio de Dios. Es
importante que no cometamos los mismos errores que el siervo malo de la
historia.
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