Voy a decirles a quién se parece todo el que viene a mí, y
oye mis palabras y las pone en práctica: Se parece a un hombre que, al
construir una casa, cavó bien hondo y puso el cimiento sobre la roca. De manera
que cuando vino una inundación, el torrente azotó aquella casa, pero no pudo ni
siquiera hacerla tambalear porque estaba bien construida… (Lucas 6:47-48).
No
se necesita tener mucho conocimiento de ingeniería civil para entender que,
teniendo un cimiento firme en la roca, las construcciones resisten tormentas
violentas sin derrumbarse. Tampoco se necesita alto grado de conocimiento
teológico para entender que la roca, en la metáfora de Lucas 6:47-48, es
Jesucristo.
Entonces
la aplicación a la vida diaria es evidente: pongamos nuestros cimientos en
Jesús y no importa el tipo de conflicto o crisis que sea arrojada en nuestra
dirección, saldremos adelante, estaremos cubiertos y protegidos. Como dice el
inicio del fragmento (habla Jesús): “Todo el que viene a mí…”
Ahora
bien, notemos con cuidado que existe una pequeña condición. “Se parece al
hombre que, al construir una casa, cavó
bien hondo y puso el cimiento sobre la roca.” (Énfasis propio). ¿Estamos
conscientes de la expresión resaltada? “Cavó bien hondo.” Tal vez ahí fallamos.
Entendemos que debemos cimentar nuestras vidas sobre la roca, pero lo hacemos
superficialmente.
¿Cómo?
Pues sólo dedicando el tiempo del servicio dominical a Dios, si es que no está
aburrida el mensaje, en cuyo caso el celular nos salva del sueño profundo.
Tal vez dar gracias durante las comidas, si es que hay hermanos observando.
Cuando mucho leyendo un pasaje de la Biblia durante la semana, si no hay series
interesantes en Netflix, o eventos deportivos relevantes. Eso no es cavar
hondo.
Cavar
hondo es escarbar y escarbar, tan profundamente que para salir del agujero
necesitemos una escalera. ¿Puede imaginarse a una persona en tal situación?
¿Llena de tierra y arena, con ampollas en las manos, con raspones por los roces
con las piedras? Ahora proyectemos la imagen a cavar hondo en la Palabra:
cuadernos llenos de notas, libros abiertos: Biblia, diccionario, enciclopedia, comentarios, plumones de resaltado, colores para subrayar y demás. No importa si usted
es físico o digital. Hoy en día los recursos existen en ambas dimensiones. Cavar
hondo también es reflexión y oración. Hablar y escuchar. Oído atento a lo que
Jesús nos quiere decir.
¿Queremos
cimiento firme? La clave está en “cavar hondo.”
1 comentario:
Gloria a Dios. RECIBAN MUCHAS BENDICIONES
Mi blog www.creeenjesusyserassalvo.blogspot.com
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