Lo que dice la Biblia:
Cuando José se despertó, hizo lo que el ángel del Señor le había mandado y recibió a María por esposa (Mateo 1:24).
¿Alguna vez se ha molestado, sentido ofendido o incluso decepcionado con alguien? Resulta que no es el único. De hecho, debido a la convivencia diaria, es inevitable que nos sintamos mal por algo que nuestra pareja, amigos, familiares o simplemente conocidos, han hecho. José no fue la excepción. Estando ya comprometido con María se enteró que ella le había sido infiel. El compromiso en ese entonces era algo tan serio como el mismo matrimonio. Así qué desde la perspectiva de José no había traición más grande que saber que su prometida le había fallado.
Tendemos a juzgar rápidamente y a condenar a las personas que nos fallaron casi de inmediato. José ya había tomado la decisión de dejar a María. Afortunadamente la intervención de Dios lo evitó. Dios tenía un objetivo con el embarazo de María y evitó que fuera condenada indicándole a José lo que estaba pasando. José entendió el mensaje y obedeció a Dios.
La lección que debemos tomar de José es que a pesar de las evidencias condenatorias, le creyó a Dios. Enfrentó a las costumbres de la época y actuó contra ellas siguiendo la voz de Dios. Nosotros debemos aceptar, perdonar e incluso regresar bien por mal a las personas a nuestro alrededor. Quizás no entendemos el plan maestro de Dios, pero debemos creerle cuando nos indica que debemos aceptar a quién aparentemente hizo mal.
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