Lo
que dice la Biblia:
Pero
la parte que cayó en buen terreno son los que oyen la palabra con corazón noble
y bueno, y la retienen; y como perseveran, producen una buena cosecha
(Lucas 8:15).
La cita está dentro de la parábola de la
semilla y la buena tierra. ¿Recuerdan que una parte cayó junto al camino, otra
entre rocas y otra entre espinos? Esas semillas se perdieron. Seguramente todos
nosotros deseamos estar entre lo que se considera buen terreno. ¿No es así? Pero
notemos que no basta escuchar la palabra con corazón noble y bueno, sino que se
requiere además RETENERLA y PERSEVERAR.
Pasaron años para que José viera cumplir
su sueño de que sus hermanos se inclinarían ante él. Pasaron años para que
David viera cumplido el ungimiento que Samuel le hiciera nombrándolo rey. Si
queremos ver resultados inmediatos, estaríamos buscando hacer las cosas a
nuestro modo sin preguntarle a Dios cuál es el tiempo adecuado según los planes
que importan, los de Él.
No desesperemos si las cosas no salen de
inmediato: familiares reacios a escuchar la palabra de Dios, enfermedad
resistente a los tratamientos, injusto trato por parte de autoridades o socios
en negocios, etc. De hecho lo que más nos debería preocupar es que reflejemos a
Jesús en nuestro diario andar. Esa es una labor que nos debería ocupar. Dios
tardó una semana en crear el universo conocido, pero está tomando más tiempo en
convertirnos en un hijo amado. Si Él nos tiene paciencia y está perseverando en
su obra, ¿cómo no perseverar nosotros?
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