Lo
que dice la Biblia:
Cuando
vieron al niño, contaron lo que les habían dicho acerca de él, y cuantos lo
oyeron se asombraron de lo que los pastores decían (Lucas
2:17-18).
Prácticamente nadie lo sabía. Para la
mayoría de la gente, María era una jovencita envuelta en el rumor del
escándalo. José un resignado y pobre marido. Sólo ellos y quizás unos pocos
familiares con fe, sabían quién iba a nacer. No consiguieron lugar en la posada
y tuvieron que conformarse con el establo. Dios encarnado iba a llegar a este
mundo de la forma más humilde posible.
Cuando nació Jesús, Dios tenía el poder
de desplegar fuegos artificiales, provocar terremotos, detener la rotación de
la Tierra, o cualquier otra hazaña que mostrara al mundo que algo importante
había ocurrido, que por fin había llegado el Salvador a este mundo. También
pudo haber esperado a que el Twitter y el Facebook fueran una realidad para que
la noticia se volviera viral. Pero no. Eligió anunciarlo a unos pastores. Ese
es nuestro Dios que se enaltece en la humildad por muy compleja que resulte la
frase.
Cuando alguien cumple años, lo llamamos
para felicitarlo, o incluso, si es cercano a nosotros, le llevamos un regalo.
¿Cómo vamos a celebrar el cumpleaños de Jesús? Los pastores abandonaron a sus
ovejas para ir a verlo y contaron lo que vieron. No llevaron pañales, ropita o
juguetes, sino simplemente ¡contaron lo que vieron! ¿Qué mejor regalo para el
recién nacido?
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