Lo que dice la Biblia:
El corazón me dice: "¡Busca su rostro!" Y yo, Señor, tu rostro busco (Salmos 27:8).
El verdadero cristiano no es aquel que realiza rituales sofisticados cada domingo, sino el que busca una relación con Dios. Seamos claros. No estamos diciendo que debemos dejar de congregarnos los domingos, o dejar de cantar alabanzas, o dejar de celebrar la Cena del Señor cada mes. Se trata de entender que todo esto se hace como motivación, recordatorio o inspiración para… ¡Buscar Su Rostro! El versículo de Salmos 27:8 indica que una fuerza interna, el corazón, nos conmina a buscar al Señor. El corazón puede haber sido inspirado por testimonios de la iglesia, por oraciones de los hermanos, por alabanzas llenas de emoción, por predicaciones del pastor, etc., todo eso está bien, pero la clave es que radica dentro de nosotros mismos la misión fundamental e individual de buscar Su rostro.
A veces perdemos inercia y la rutina nos hace ignorar ese llamado del corazón. Si eso nos llega a pasar, hagamos un esfuerzo por recordar nuestro primer amor. Ese tiempo cuando en medio de nuestros problemas por fin comprendimos que Jesús nos estaba llamando. Ese tiempo en que ansiábamos que llegara el domingo para aprender más de Dios y compartir con los hermanos esa nueva realidad. Ese tiempo en que anhelábamos leer Su Palabra y el tiempo de oración era dulce y reconfortante.
“Y yo, Señor, tu rostro busco,” debe ser una realidad nuevamente y de aquí en adelante. No malgastemos nuestro tiempo y esfuerzo en alcanzar metas intrascendentes. No cuando tenemos una gran misión a lograr enfrente de nosotros. Una misión que nos da vida plena mientras la buscamos y vida eterna cuando la logramos: ¡Buscar Su Rostro!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario