martes, diciembre 10, 2013

Seamos Ejemplo

Es innegable que los hijos aprenden de los padres. La conducta, el lenguaje, las costumbres, se forman en la infancia. Así somos los primeros responsables de cómo se comportarán como adultos. Si nos vieron engañar a nuestros empleadores, alterar nuestros impuestos, robar en la tienda, ¿cómo les podemos pedir que no copien en los exámenes, hagan su tarea o cumplan con sus deberes? Si nos vieron mentir, ¿cómo pregonar que no deben hacerlo? Si nos vieron beber hasta perder la cordura, ¿cómo inculcarles que no abusen del alcohol?

Después de los padres, nuestros niños están fuertemente influenciados por sus maestros. Cuando observamos que un grupo de maestros están provocando caos en la Ciudad de México, cerrando vialidades, alterando el derecho de terceros, destrozando vallas y armándose con tubos y piedras, no podemos sino tener miedo. No de ellos, porque afortunadamente no nos enfrentaremos directamente, sino del ejemplo que están presentando ante los niños del país.

Ellos son maestros de niños, lo que quiere decir que muchos pequeños pasan medio día, cada día, captando sus palabras, percibiendo su amargura. Como dice Proverbios, tratemos de ser inmaculados en nuestro ejemplo y tengamos cuidado al seleccionar a quién cedemos la instrucción de nuestros hijos en la escuela. Es claro que muchas personas no pueden darse el lujo de elegir a los profesores, así que al menos oremos porque la situación educativa del país mejore.

Lo que Dice la Biblia:
Justo es quien lleva una vida sin tacha; ¡dichosos los hijos que sigan su ejemplo! (Proverbios 20:7)

Nuestros hijos merecen estar expuestos a un buen ejemplo para que su vida sea más ordenada y completa. Está en los padres ser el primer escalón en este modo de vida. Busquemos ser ese ejemplo.

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