miércoles, junio 28, 2017

La Vara de Aarón

Lo que dice la Biblia:
Moisés y Aarón fueron a ver al faraón y cumplieron las órdenes del Señor. Aarón arrojó su vara al suelo ante el faraón y sus funcionarios, y la vara se convirtió en serpiente. Pero el faraón llamó a los sabios y hechiceros y, mediante sus artes secretas, también los magos egipcios hicieron lo mismo: Cada uno de ellos arrojó su vara al suelo, y cada vara se convirtió en una serpiente. Sin embargo, la vara de Aarón se tragó las varas de todos ellos (Éxodo 7:8-12).

Seguramente recuerda el contexto de la cita. Moisés estaba tratando de convencer al faraón para que dejara ir a los israelitas. El faraón se oponía. Hay quienes perciben esta escena como una de confrontación entre los magos egipcios y el Dios de Israel. Sabemos quién lleva las de ganar, pero es interesante ver la capacidad de los hechiceros de imitar las hazañas de Dios.

De entrada, aquí hay una enseñanza importante: debemos tener cuidado de no impresionarnos con todo lo sobrenatural. Un milagro puede ser obra de Dios, pero también puede serlo de imitadores opuestos a Dios con un motivo desconocido: minimizar a Dios, impresionar a inocentes, atraer adeptos, etc. ¡Cuidado! El milagro, para ser de Dios, debe estar acorde a Su Palabra, debe provenir de un hombre de Dios probado y debe servir un propósito divino de fe en el Señor.

En la historia se habla de serpientes, quizá por ser un animal impresionante y que provoca respeto y temor su cercanía. Sin duda, podemos entender de esta narración que las serpientes representan milagros. Por ejemplo: Juanito escucha a un predicador y finalmente entiende el significado del Evangelio y entrega su vida a Cristo. Esto es, la vara de Aarón se convierte en serpiente. Pero luego aparecen las varas de los hechiceros. La gente alrededor de Juanito empieza a presionarlo: “Esto no es lo que te enseñaron tus padres,” “Estás rompiendo con la familia,” “Te van a prohibir beber, fumar, divertirte, ¿quién dice que eso es malo? No les creas.” Son las varas de los hechiceros convirtiéndose en serpientes, cuestionando la obra de Dios.


No nos quedemos ahí y veamos el final de la cita: Sin embargo, la vara de Aarón se tragó las varas de todos ellos. Al final la fe y el amor de Jesucristo triunfan. No es una competencia. Jesús triunfó para siempre y es a él a quien hay que escuchar.

domingo, junio 18, 2017

Día del Padre

La Noticia:
Las fuerzas de seguridad han detenido ya a nueve personas relacionadas con el atentado en Mánchester. Tres de ellas son familiares directos del terrorista suicida... Su hermano mayor, su padre y su hermano menor… El padre del suicida, ha negado cualquier vínculo terrorista. “La familia está un poco confundida porque él no tenía esa ideología, no tenía esas creencias. Hablé con él cinco días antes (del atentado) y no había nada raro, todo era normal", ha declarado… (elpais.com).

Comentario:
Sin menoscabar la tragedia sufrida por las víctimas en Mánchester del atentado terrorista, aquí hay otra tragedia. Esta vez a nivel familiar, aunque no menos dolorosa para los involucrados: que un padre sea arrestado por las acciones de su hijo. Al parecer el padre no sabía en qué andaba metido su hijo y, según su declaración, creía que él no tenía esas creencias (las de un terrorista). ¿En qué falló como padre?

Quizás no falló en alimentarlo, en proveer un techo y educación secular. Quizás no falló en prestarle atención (a pesar de estar uno en Libia y otro en Inglaterra, se hablaban por teléfono). Pero sin duda falló en no prestar atención a sus creencias. Por supuesto que no todos los musulmanes son extremistas que tomen la “guerra santa” en forma literal. Es un error generalizar y juzgar sin conocer. Pero hay grupos y personas dentro del islam que buscan a potenciales suicidas y los convencen de llevar a cabo acciones deplorables. Ahí estuvo el problema seguramente. El carácter del joven era vulnerable.

Lo que dice la Biblia:
Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra. Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor (Efesios 6:1–4).


No es el objetivo aquí debatir entre religiones, sino observar que la educación en “disciplina y amonestación del Señor” son claves para evitar las desviaciones del carácter apacible. Quizás fue el fallo del padre de la historia. Por el lado del hijo, su fallo fue no considerar la frase: “honra a tu padre…” ¿Sabía el hijo que, con el atentado terrorista, además de cercenar vidas inocentes, iba a acarrear el deshonor de su padre, enviándolo incluso a la cárcel? Sin duda el mejor regalo para un padre es la honra de sus hijos.