viernes, diciembre 14, 2018

Cimiento Firme


Voy a decirles a quién se parece todo el que viene a mí, y oye mis palabras y las pone en práctica: Se parece a un hombre que, al construir una casa, cavó bien hondo y puso el cimiento sobre la roca. De manera que cuando vino una inundación, el torrente azotó aquella casa, pero no pudo ni siquiera hacerla tambalear porque estaba bien construida… (Lucas 6:47-48).

No se necesita tener mucho conocimiento de ingeniería civil para entender que, teniendo un cimiento firme en la roca, las construcciones resisten tormentas violentas sin derrumbarse. Tampoco se necesita alto grado de conocimiento teológico para entender que la roca, en la metáfora de Lucas 6:47-48, es Jesucristo.

Entonces la aplicación a la vida diaria es evidente: pongamos nuestros cimientos en Jesús y no importa el tipo de conflicto o crisis que sea arrojada en nuestra dirección, saldremos adelante, estaremos cubiertos y protegidos. Como dice el inicio del fragmento (habla Jesús): “Todo el que viene a mí…”

Ahora bien, notemos con cuidado que existe una pequeña condición. “Se parece al hombre que, al construir una casa, cavó bien hondo y puso el cimiento sobre la roca.” (Énfasis propio). ¿Estamos conscientes de la expresión resaltada? “Cavó bien hondo.” Tal vez ahí fallamos. Entendemos que debemos cimentar nuestras vidas sobre la roca, pero lo hacemos superficialmente.

¿Cómo? Pues sólo dedicando el tiempo del servicio dominical a Dios, si es que no está aburrida el mensaje, en cuyo caso el celular nos salva del sueño profundo. Tal vez dar gracias durante las comidas, si es que hay hermanos observando. Cuando mucho leyendo un pasaje de la Biblia durante la semana, si no hay series interesantes en Netflix, o eventos deportivos relevantes. Eso no es cavar hondo.

Cavar hondo es escarbar y escarbar, tan profundamente que para salir del agujero necesitemos una escalera. ¿Puede imaginarse a una persona en tal situación? ¿Llena de tierra y arena, con ampollas en las manos, con raspones por los roces con las piedras? Ahora proyectemos la imagen a cavar hondo en la Palabra: cuadernos llenos de notas, libros abiertos: Biblia, diccionario, enciclopedia, comentarios, plumones de resaltado, colores para subrayar y demás. No importa si usted es físico o digital. Hoy en día los recursos existen en ambas dimensiones. Cavar hondo también es reflexión y oración. Hablar y escuchar. Oído atento a lo que Jesús nos quiere decir.

¿Queremos cimiento firme? La clave está en “cavar hondo.”