lunes, abril 20, 2009

Joven Delincuente

La Noticia:
Anahí Beltrán Cabrera, de 20 años de edad, fue detenida por la Policía federal en… donde estaba almacenado un arsenal compuesto por ametralladoras, fusiles de alto calibre y más de 9 mil 600 cartuchos… El coordinador de las Fuerzas Federales de Apoyo… informó que el armamento pertenecía a una organización criminal local que opera para los hermanos Beltrán Leyva, capos sinaloenses… Indicó que el decomiso se efectuó… donde descubrieron una camioneta Ford Lobo con una ametralladora Browning calibre .50, montada en un poste metálico en su caja…, detalló que esa arma tiene capacidad para realizar 800 disparos por minuto, con un alcance de más de mil 500 metros y penetra cualquier blindaje… También aseguraron una ametralladora Browning calibre .30 y un fusil Barret calibre .50, además de armas AR-15, tres carabinas, un rifle y diferentes aditamentos para ese tipo de armas… La joven detenida, quien se encargaba de resguardar el arsenal, será puesta a disposición de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada… (reforma.com)

Comentario
Permítanme hacer una reflexión colateral antes de tocar el punto principal. Una joven a los 20 años ¿no debería estar preocupada por el cuidado de sus uñas o su cabello en lugar de por ser descubierta y atrapada por el ejército? Me cuesta trabajo imaginar a un potencial pretendiente de esta chica: ¿Te invito a tomar un café? Hoy no puedo, tengo que cuidar a… ¿Tu hermanito? Tráelo, le compramos una nieve. No, la ametralladora, la Browning-50. ¿Tú cuidas una Browning-50, cómo…? Tengo mi AR-15. Ehh… creo que… otro día te llamo…

Lo más sorprendente, no es que hayan detenido a un narcotraficante con armamento propio de una guerra, sino que se trate de una joven de 20 años. ¿En qué momento descuidamos a nuestra juventud? ¿En qué momento esta se siente atraída por la delincuencia organizada?

Muy triste y deprimente es de por sí que algunos jóvenes caigan en las garras de las drogas, pero sumarle a ello el servicio a las bandas criminales, sobrepasa todo entendimiento.

La Biblia dice (y la juventud debe tomar nota): No tengas envidia de los hombres malos, ni desees estar con ellos (Pro 24:1).

¿Qué atrae a los jóvenes para realizar estos trabajos de acarreo y cuidado de armas a favor de grupos delictivos? ¿Dinero? O quizás estos jóvenes provienen de hogares destruidos y se sienten identificados con la violencia. ¿Falta de consejo de los padres, orientación equivocada de familiares y amigos, descuido involuntario? ¿O los hijos se desvían a pesar de un buen consejo que los padres no supieron enraizar? En pocas palabras se trata o de padres malvados o de padres negligentes. De todos modos, los adultos salimos mal librados.

¿En qué momento fallamos en transmitir la sabiduría bíblica contra la violencia?

El de grande ira llevará la pena; y si usa de violencias, añadirá nuevos males (Pro 19:19).

Porque la Biblia dice que existe una forma en que podemos blindar a nuestros jóvenes. Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él. (Pro 22:6)

Lo que dice la Biblia:
No entres por la vereda de los impíos, ni vayas por el camino de los malos. Déjala, no pases por ella. Apártate de ella, pasa. Porque no duermen ellos si no han hecho mal y pierden el sueño si no han hecho caer a alguno. Porque comen pan de maldad y beben vino de robos. Mas la senda de los justos es como la luz de la aurora que va en aumento hasta que el día es perfecto. El camino de los impíos es como la oscuridad, no saben en qué tropiezan. (Pro 4:10-19)

Algunos jóvenes ya están adentro, en las redes de los mafiosos. Aún para ellos existe esperanza si tan solo decidieran recapacitar. Debemos darnos cuenta que Dios nunca respaldará a los delincuentes. Ninguno de ellos prosperará a la larga. De momento podrán comer en abundancia, pero no podrán dormir en paz.

No te entremetas con los malignos, ni tengas envidia de los impíos; porque para el malo no habrá buen fin y la lámpara de los impíos será apagada. (Pro 24:19-20)

No es demasiado tarde para que nuestros jóvenes y adolescentes adopten el camino seguro. Andar con Dios y divertirse no es contradictorio, sino complementario. Nuestra juventud debe disfrutar en forma sana sus mejores días.

Alégrate, joven, en tu juventud y tome placer tu corazón en los días de tu adolescencia y anda en los caminos de tu corazón y en la vista de tus ojos; pero sabe, que sobre todas estas cosas te juzgará Dios. Quita, pues, de tu corazón el enojo y aparta de tu carne el mal. (Eclesiastés 11:9-10a)

jueves, abril 02, 2009

Autoridad

Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra (2 Timoteo 3:16-17)

¿Cuántas veces nos hemos enfrascado en discusiones con amigos, compañeros de trabajo, familiares o vecinos sobre diversidad de temas y hemos empleado la frase: “Yo creo que…”? No está mal si se trata de una charla de café, pero es incluso contraproducente si estamos compartiendo el Evangelio.

El problema es que al utilizar dicha frase estamos basando nuestras opiniones en nuestro nivel de autoridad. Nada habría que objetar si fuéramos autores de varios libros, conferencistas renombrados, o ministros experimentados, pero si no… No nos ofendamos, pero al defender la fe con bajo nivel de autoridad, hace que nuestros argumentos estén a la misma altura que el de nuestros interlocutores y se pierdan sin producir mayor efecto.

¿Qué debemos hacer? De hecho la solución es muy sencilla. Cambiemos la frase: “Yo creo que…” por la frase: “La Biblia dice…”

Esa sencilla estrategia hace que el nivel de autoridad cambie. La Biblia tiene el respaldo de infinidad de testimonios de personas que han sido bendecidas al aplicarla a sus vidas, posee confirmaciones arqueológicas de los hechos narrados y aceptación casi universal como fuente de valores morales. Al citar la Biblia añadimos más sabiduría y riqueza argumentativa que la que podríamos desarrollar por nosotros mismos durante toda nuestra vida.

Por supuesto que existe un requisito mínimo (nótese que no es desventaja). Para poder adoptar el nivel de autoridad de la Biblia, necesitamos primero, claro, leer la Biblia. No se puede citar lo que no se conoce. Y sería tramposo, y contrario a la propia Biblia, utilizar la frase sin fundamento.

Así que debemos, no solo leer más la Biblia, sino estudiarla y experimentar sus principios en nuestras vidas. Después de todo, la Biblia dice… Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad (2 Timoteo 2:15).