"Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones."
Jeremías 1:5
jueves, diciembre 27, 2007
lunes, diciembre 17, 2007
Tolerancia
“Cuando me hice miembro de la iglesia, mi círculo era muy grande… porque incluía a todos aquellos que como yo, habían creído. Estaba feliz con la idea de que los creyentes eran muchos. Pero, siendo del tipo observador, pronto aprendí que muchos creyentes cometían errores. Yo sólo podía tolerar dentro de mi círculo a quienes, como yo, hicieran lo correcto acerca de todos los puntos de doctrina y en la práctica. Algunos hicieron lo malo y pecaron. ¿Qué podía hacer yo? Tracé mi círculo otra vez… dejando fuera a publicanos y pecadores, y dentro, conmigo, a los rectos y humildes. Luego escuché rumores malos acerca de algunos de estos. Noté que algunos poseían una mente terrenal y que sus pensamientos continuamente eran sobre cosas mundanas. Mi deber, para salvar mi reputación, fue volver a trazar mi círculo… dejando dentro sólo aquellos que tenían reputación de poseer una mente espiritual. Me di cuenta que sólo mi familia y yo habíamos quedado dentro del círculo. Tenía una buena familia, pero para mi sorpresa, mi familia finalmente estuvo en desacuerdo conmigo. Yo siempre estoy en lo correcto. Un hombre debe sostenerse firme en sus creencias. Así que con determinación férrea, volví a trazar mi círculo… quedándome solo.” Anónimo.
Si creemos que todos los demás deben comportarse en forma impecable, como Cristo, invariablemente nos quedaremos solos, como la persona de la historia, por la sencilla razón de que nadie ha llegado en el pasado a la estatura de Cristo, ni llegará nadie en el futuro. Y déjeme decirle, esperando que no se ofenda, que eso lo incluye a usted.
Como nadie es perfecto, es importante comprender la cualidad de la tolerancia. Comencemos por la definición del diccionario:
Tolerancia = Permitir los puntos de vista, prácticas y creencias de los demás. Ser libre de prejuicios. Grado de variación permisible de un estándar. En medicina, tolerancia es la habilidad de resistir el daño que produce la exposición a una droga o virus. En mecánica, tolerancia es el grado en el que una máquina puede funcionar fuera de las condiciones ideales.
Todos nos desarrollamos de manera individual y sucede que en el proceso, cometemos errores y fallamos frecuentemente. Nadie recorre la misma senda que otro en la vida. Por lo tanto, los puntos de vista, prácticas y creencias serán también diferentes, ya no de cultura a cultura, o de país a país, sino de persona a persona. Tolerancia, entonces, es la cualidad que apoya al individuo a pesar de las faltas de su carácter y no permite que las fallas se interpongan en el desarrollo de una relación. La persona de la historia se quedó sola porque no permitió ni siquiera los puntos de vista de su propia familia.
Sin embargo debemos tener cuidado de no abusar del concepto. No es conveniente perdonar las fallas en el carácter o rebajar los estándares de comportamiento en nombre de la tolerancia. Eso es comprender erróneamente la tolerancia. Y sin embargo, muchas personas recurrirán a ella para saltarse los valores morales. Tolerancia es quizá permitir que nuestros hijos elijan colores que no combinan en su vestuario, pero nadie nos puede tachar de intolerantes por no permitirles vivir en promiscuidad.
La tolerancia no es rebajar los altos estándares morales para hacer que los demás se sientan más a gusto, sino que consiste en mantener los altos estándares y motivar a los demás a desarrollar un carácter aceptable sin rechazarlos cuando fallen. No se trata de perdonar el fracaso, sino de comprender que el fracaso es necesario en la vida de todos y que es inevitable en el crecimiento.
¿Cuál es el límite para conocer lo que es permisible aceptar y lo que no se puede tolerar? La respuesta la podemos encontrar en la Biblia: el pecado.
Lo que dice la Biblia
No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus apetitos; ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia. (Romanos 6:12-13)
Es claro entonces que no podemos permitir el pecado, pero podemos alentar a las personas que los cometen a que se arrepientan, sin rechazarlas por sus fallos.
Regresando a lo que sí es tolerancia, debemos tener cuidado de no juzgar. Nadie nos erigió como jueces y carecemos de la autoridad moral (recuerde que todos somos pecadores) para dictar una sentencia. ¿Le molestan las ideas de los demás muy fácilmente? ¿Le estorban las peculiaridades y características de los demás? ¡Cuidado! Quizá le esté faltando algo de tolerancia. Recuerde que tendemos a ser muy tolerantes con los propios errores y críticos con los de los demás. Jesús dijo: "¿Por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo?” (Lucas 6:41).
Veamos un ejemplo en el hogar. Existe un miembro de la familia que no recoge sus posesiones (de hecho las deposita en los lugares más inapropiados) y esto irrita a los demás miembros de la familia. ¿Conoce a alguien así? Quien no deja las cosas en su lugar, quien tiene su cuarto en completo desorden, quien no colabora con los deberes familiares o lo hace de mal modo y sin cuidado, etc. ¿Qué debe hacer un padre? Antes de responder recuerde que una explosión de mal carácter no ayuda al crecimiento, lo atrofia. El niño/adolescente que atestigua la violencia verbal de sus padres, terminará contestando eventualmente de la misma manera. Un padre debe responder con palabras suaves pero firmes y claras de que se recoja el desorden o se realice la tarea.
Otro punto delicado acerca de la tolerancia es no usarla para evitar conflictos. Unos padres que aceptan que sus hijos hagan lo que desean, podrán quizá presumir de ser tolerantes, pero sin duda están renunciando a lograr el crecimiento de sus hijos.
Resumiendo, tolerancia es permitir puntos de vista, aceptando al individuo, no sus fallas, entendiendo que hay diferentes grados de madurez y diferentes rutas para lograrla.
Si creemos que todos los demás deben comportarse en forma impecable, como Cristo, invariablemente nos quedaremos solos, como la persona de la historia, por la sencilla razón de que nadie ha llegado en el pasado a la estatura de Cristo, ni llegará nadie en el futuro. Y déjeme decirle, esperando que no se ofenda, que eso lo incluye a usted.
Como nadie es perfecto, es importante comprender la cualidad de la tolerancia. Comencemos por la definición del diccionario:
Tolerancia = Permitir los puntos de vista, prácticas y creencias de los demás. Ser libre de prejuicios. Grado de variación permisible de un estándar. En medicina, tolerancia es la habilidad de resistir el daño que produce la exposición a una droga o virus. En mecánica, tolerancia es el grado en el que una máquina puede funcionar fuera de las condiciones ideales.
Todos nos desarrollamos de manera individual y sucede que en el proceso, cometemos errores y fallamos frecuentemente. Nadie recorre la misma senda que otro en la vida. Por lo tanto, los puntos de vista, prácticas y creencias serán también diferentes, ya no de cultura a cultura, o de país a país, sino de persona a persona. Tolerancia, entonces, es la cualidad que apoya al individuo a pesar de las faltas de su carácter y no permite que las fallas se interpongan en el desarrollo de una relación. La persona de la historia se quedó sola porque no permitió ni siquiera los puntos de vista de su propia familia.
Sin embargo debemos tener cuidado de no abusar del concepto. No es conveniente perdonar las fallas en el carácter o rebajar los estándares de comportamiento en nombre de la tolerancia. Eso es comprender erróneamente la tolerancia. Y sin embargo, muchas personas recurrirán a ella para saltarse los valores morales. Tolerancia es quizá permitir que nuestros hijos elijan colores que no combinan en su vestuario, pero nadie nos puede tachar de intolerantes por no permitirles vivir en promiscuidad.
La tolerancia no es rebajar los altos estándares morales para hacer que los demás se sientan más a gusto, sino que consiste en mantener los altos estándares y motivar a los demás a desarrollar un carácter aceptable sin rechazarlos cuando fallen. No se trata de perdonar el fracaso, sino de comprender que el fracaso es necesario en la vida de todos y que es inevitable en el crecimiento.
¿Cuál es el límite para conocer lo que es permisible aceptar y lo que no se puede tolerar? La respuesta la podemos encontrar en la Biblia: el pecado.
Lo que dice la Biblia
No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus apetitos; ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia. (Romanos 6:12-13)
Es claro entonces que no podemos permitir el pecado, pero podemos alentar a las personas que los cometen a que se arrepientan, sin rechazarlas por sus fallos.
Regresando a lo que sí es tolerancia, debemos tener cuidado de no juzgar. Nadie nos erigió como jueces y carecemos de la autoridad moral (recuerde que todos somos pecadores) para dictar una sentencia. ¿Le molestan las ideas de los demás muy fácilmente? ¿Le estorban las peculiaridades y características de los demás? ¡Cuidado! Quizá le esté faltando algo de tolerancia. Recuerde que tendemos a ser muy tolerantes con los propios errores y críticos con los de los demás. Jesús dijo: "¿Por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo?” (Lucas 6:41).
Veamos un ejemplo en el hogar. Existe un miembro de la familia que no recoge sus posesiones (de hecho las deposita en los lugares más inapropiados) y esto irrita a los demás miembros de la familia. ¿Conoce a alguien así? Quien no deja las cosas en su lugar, quien tiene su cuarto en completo desorden, quien no colabora con los deberes familiares o lo hace de mal modo y sin cuidado, etc. ¿Qué debe hacer un padre? Antes de responder recuerde que una explosión de mal carácter no ayuda al crecimiento, lo atrofia. El niño/adolescente que atestigua la violencia verbal de sus padres, terminará contestando eventualmente de la misma manera. Un padre debe responder con palabras suaves pero firmes y claras de que se recoja el desorden o se realice la tarea.
Otro punto delicado acerca de la tolerancia es no usarla para evitar conflictos. Unos padres que aceptan que sus hijos hagan lo que desean, podrán quizá presumir de ser tolerantes, pero sin duda están renunciando a lograr el crecimiento de sus hijos.
Resumiendo, tolerancia es permitir puntos de vista, aceptando al individuo, no sus fallas, entendiendo que hay diferentes grados de madurez y diferentes rutas para lograrla.
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martes, diciembre 11, 2007
Comparan la Biblia y el Corán
La Noticia:
Las emisoras holandesas Radio Nederland e IKON presentaron una página de Internet en la que se comparan los textos íntegros de la Biblia y el Corán, una iniciativa con la que esperan acercar las culturas cristiana y musulmana, según indicaron en un comunicado, en el que califican de pionera la experiencia… La página muestra en dos columnas paralelas los textos de los dos libros religiosos, que pueden leerse tanto en holandés como en inglés y árabe… Holanda es desde hace tiempo escenario de fricciones entre musulmanes inmigrantes y la población autóctona, sobre todo a partir del asesinato el pasado 2 de noviembre de 2004 del cineasta holandés Theo van Gogh a manos de un joven holandés/marroquí, movido por convicciones radicales islamistas… (lavanguardia.es)
Comentario
Con la excusa de la tolerancia, mucha gente alrededor del mundo está llamando a renunciar a los principios y valores cristianos a favor de una supuesta paz. El razonamiento es como sigue:
Uno. Miguel es un creyente cristiano y defiende el principio de que sólo a través de Jesucristo se obtiene la salvación y la vida eterna.
Dos. Obed es un creyente musulmán y defiende el principio de que sólo obedeciendo al profeta Mahoma se llega al paraíso.
Tres. Ambos basan sus principios en la fe, no hay forma de probar científicamente quién tiene la razón. Por lo tanto, cada vez que Miguel y Obed debatan sobre sus principios discutirán y probablemente pelearán.
Cuatro. Para evitar conflictos, es mejor eliminar la fuente del conflicto y sugerir que los dos tienen la razón, sólo con perspectivas diferentes. Después de todo, ambos pueden aceptar que Dios es bueno, que Dios es todo poderoso, que Dios creo al mundo y varias otras cosas.
Quinto. Por lo tanto, las diferencias no son relevantes (en aras de la armonía) y lo que importa son las semejanzas. Todos felices. ¿Alguien se opone a la armonía?
Parece correcto, excepto que es engañoso. No se trata de ir contra la armonía y la tolerancia, pero la doctrina de Cristo no acepta doctrinas diferentes. Muchos de los primeros cristianos sacrificaron su vida al rechazar seguir principios ajenos a los enseñados por Jesús. Su sacrificio habría sido en vano si hoy aceptamos amalgamar a la Biblia con el Corán.
La Biblia nos alerta a perseverar en la doctrina de Cristo:
Así ya no seremos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error. (Efesios 4:14)
Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios, porque muchos falsos profetas han salido por el mundo. (1 Juan 4:1)
Lamentablemente no se puede tomar sólo una parte de las Escrituras y decir: “En esto coincidimos, por lo tanto somos hermanos. Lo demás, no importa.” Eso es un engaño que se pretende disfrazar con argumentos de tolerancia, aceptación, armonía y paz. Jesús dijo claramente: “Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por mí” (Juan 14:6). No hay forma de aceptar esto a medias, aún a costa de parecer radicales.
Ciertamente no se aconseja la discusión, el debate y el conflicto. La aceptación de Jesús es voluntaria o no tiene sentido. Un cristiano debe mantenerse firme en su fe, estudiar la Palabra para evitar los labios engañosos e invitar a los no creyentes a aceptar a Jesús. Pero de ningún modo tomar en sus manos el inicio de una guerra santa. Jesús vino a predicar un Evangelio de amor, humildad y servicio.
La clave entonces es buscar la santidad (separación para Dios). Dios ordena que su pueblo no se involucre en conflictos religiosos en forma alguna, sino permanezca apartado.
Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios. (2 Corintios 7:1)
Lo que dice la Biblia
Porque escrito está: "Sed santos, porque yo soy santo". (1 Pedro 1:16)
Sin santidad nadie verá al Señor. Eso es lo que tiene que hacer el pueblo de Dios, vivir en santidad, alerta de falsas doctrinas.
Las emisoras holandesas Radio Nederland e IKON presentaron una página de Internet en la que se comparan los textos íntegros de la Biblia y el Corán, una iniciativa con la que esperan acercar las culturas cristiana y musulmana, según indicaron en un comunicado, en el que califican de pionera la experiencia… La página muestra en dos columnas paralelas los textos de los dos libros religiosos, que pueden leerse tanto en holandés como en inglés y árabe… Holanda es desde hace tiempo escenario de fricciones entre musulmanes inmigrantes y la población autóctona, sobre todo a partir del asesinato el pasado 2 de noviembre de 2004 del cineasta holandés Theo van Gogh a manos de un joven holandés/marroquí, movido por convicciones radicales islamistas… (lavanguardia.es)
Comentario
Con la excusa de la tolerancia, mucha gente alrededor del mundo está llamando a renunciar a los principios y valores cristianos a favor de una supuesta paz. El razonamiento es como sigue:
Uno. Miguel es un creyente cristiano y defiende el principio de que sólo a través de Jesucristo se obtiene la salvación y la vida eterna.
Dos. Obed es un creyente musulmán y defiende el principio de que sólo obedeciendo al profeta Mahoma se llega al paraíso.
Tres. Ambos basan sus principios en la fe, no hay forma de probar científicamente quién tiene la razón. Por lo tanto, cada vez que Miguel y Obed debatan sobre sus principios discutirán y probablemente pelearán.
Cuatro. Para evitar conflictos, es mejor eliminar la fuente del conflicto y sugerir que los dos tienen la razón, sólo con perspectivas diferentes. Después de todo, ambos pueden aceptar que Dios es bueno, que Dios es todo poderoso, que Dios creo al mundo y varias otras cosas.
Quinto. Por lo tanto, las diferencias no son relevantes (en aras de la armonía) y lo que importa son las semejanzas. Todos felices. ¿Alguien se opone a la armonía?
Parece correcto, excepto que es engañoso. No se trata de ir contra la armonía y la tolerancia, pero la doctrina de Cristo no acepta doctrinas diferentes. Muchos de los primeros cristianos sacrificaron su vida al rechazar seguir principios ajenos a los enseñados por Jesús. Su sacrificio habría sido en vano si hoy aceptamos amalgamar a la Biblia con el Corán.
La Biblia nos alerta a perseverar en la doctrina de Cristo:
Así ya no seremos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error. (Efesios 4:14)
Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios, porque muchos falsos profetas han salido por el mundo. (1 Juan 4:1)
Lamentablemente no se puede tomar sólo una parte de las Escrituras y decir: “En esto coincidimos, por lo tanto somos hermanos. Lo demás, no importa.” Eso es un engaño que se pretende disfrazar con argumentos de tolerancia, aceptación, armonía y paz. Jesús dijo claramente: “Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por mí” (Juan 14:6). No hay forma de aceptar esto a medias, aún a costa de parecer radicales.
Ciertamente no se aconseja la discusión, el debate y el conflicto. La aceptación de Jesús es voluntaria o no tiene sentido. Un cristiano debe mantenerse firme en su fe, estudiar la Palabra para evitar los labios engañosos e invitar a los no creyentes a aceptar a Jesús. Pero de ningún modo tomar en sus manos el inicio de una guerra santa. Jesús vino a predicar un Evangelio de amor, humildad y servicio.
La clave entonces es buscar la santidad (separación para Dios). Dios ordena que su pueblo no se involucre en conflictos religiosos en forma alguna, sino permanezca apartado.
Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios. (2 Corintios 7:1)
Lo que dice la Biblia
Porque escrito está: "Sed santos, porque yo soy santo". (1 Pedro 1:16)
Sin santidad nadie verá al Señor. Eso es lo que tiene que hacer el pueblo de Dios, vivir en santidad, alerta de falsas doctrinas.
martes, diciembre 04, 2007
Soberbia
¿Le ha ocurrido que se encuentra tan atorado en alguna actividad que finalmente decide pedir ayuda? Cualquier actividad sirve como ejemplo. Hace poco estaba tratando de pasar todos mis archivos de correo electrónico de una computadora a otra. Después de muchos infructuosos intentos vencí mi orgullo y solicité ayuda a uno de esos especialistas en informática. ¿Saben qué fue lo primero que me dijo? “¡Es muy fácil, sólo tiene que respaldar en un archivo temporal, importar el .dtx (punto dtx, o algo similar como si todo el mundo manejara ese lenguaje), borrar el .dm3 (punto dm3), cambiar de unidad, y luego…!”
Según el diccionario de la Real Academia Española:
Soberbia = Satisfacción y envanecimiento por la contemplación de las propias prendas con menosprecio de los demás.
Evidentemente se aplica no solo a la ropa, sino a cualquier característica que poseemos y que nos ufanamos de manifestar que la poseemos en mayor y mejor condición que cualquier otra persona que nos rodea.
Estoy perdido dando vueltas en un vecindario buscando una dirección y cuando finalmente me atrevo a preguntar, ¿cuál es la respuesta? “¡Es muy fácil, sólo tiene que dar vuelta a la derecha, luego a la izquierda, luego hace como que se regresa en donde está la casa pintada de amarillo (el amarillo termina siendo beige y el anaranjado rojo) y ahí sigue hasta la tienda de Don Chuy (apuesto a que la tienda de Don Chuy no es la única en el vecindario; de otra manera no especificarían quién es su propietario), de ahí…!”
Estoy tratando de taladrar la pared para fijar varios cortineros y después de 20 agujeros inservibles, una caída de la escalera, dos ampollas y un orgullo lacerado, finalmente logro la hazaña. La presumo en la siguiente reunión con familiares y ¿qué obtengo como comentario?: “¡Pero si es muy fácil poner cortineros, sólo tienes que medir el largo de tus cortinas, restarle 20 cm. de cada lado, colocar marcas (tendría que volver a pintar la pared para borrar todas las marcas que hice), comprar taquetes expansivos, usar…!”
Si pudiera votar, pediría que se prohibiera el uso de la frase “¡Es muy fácil!” ¿Acaso no nos damos cuenta que hay cosas que se nos facilitan porque no estamos en la condición de la otra persona? O quizá nos damos cuenta, pero deseamos enfatizar nuestro conocimiento o habilidad superior por sobre los demás.
En mi caso, no soy hábil en plomería, ni en mecánica automotriz (mi esposa diría que esta lista es más larga, pero el artículo lo estoy escribiendo yo y basta con estos dos ejemplos para establecer el punto, ¿ok?) y eso me hace blanco de las personas capaces de conectar y desconectar tuberías, o de quienes afinan sus propios autos. Siempre habrá alguien que me dirá: “¡Es muy fácil, sólo tienes que…!”
Ahora, ¿cuál es el punto? Definitivamente no es el de quejarme por todas esas personas, sino de entender que siempre existirán. El Libro de Job menciona a tres de esas personas. Cuando Job se lamentó de su desgracia, aparecieron tres interlocutores (que no estaban sintiendo lo que Job estaba sintiendo) que lo amonestaron. Job no reaccionó a ninguno de los tres, sino hasta que el propio Dios lo amonestó.
Lo que dice la Biblia:
La soberbia del hombre le acarrea humillación, pero al humilde de espíritu lo sustenta la honra. (Proverbios 29:23)
Si estamos en la posición de quien contesta, hagamos un esfuerzo por refrenar nuestras expresiones de superioridad. Si nos preguntaron es por que necesitan ayuda útil e información concreta, no una lista de nuestras capacidades y logros en la vida.
Si estamos en la posición de quien pregunta, traguémonos nuestro orgullo y aceptemos el consejo, a pesar de que venga precedido por una fuerte dosis de soberbia de la otra parte. La necedad sólo nos lleva a problemas mayores. Así que la próxima vez que tenga problemas con algo, pregunte a los expertos (y pregunte a más de uno, porque siempre existirán los pseudo-expertos que confunden más que aclarar).
Después de todo, escapar de la soberbia… “¡Es muy fácil…, sólo tiene que ser humilde!”
Según el diccionario de la Real Academia Española:
Soberbia = Satisfacción y envanecimiento por la contemplación de las propias prendas con menosprecio de los demás.
Evidentemente se aplica no solo a la ropa, sino a cualquier característica que poseemos y que nos ufanamos de manifestar que la poseemos en mayor y mejor condición que cualquier otra persona que nos rodea.
Estoy perdido dando vueltas en un vecindario buscando una dirección y cuando finalmente me atrevo a preguntar, ¿cuál es la respuesta? “¡Es muy fácil, sólo tiene que dar vuelta a la derecha, luego a la izquierda, luego hace como que se regresa en donde está la casa pintada de amarillo (el amarillo termina siendo beige y el anaranjado rojo) y ahí sigue hasta la tienda de Don Chuy (apuesto a que la tienda de Don Chuy no es la única en el vecindario; de otra manera no especificarían quién es su propietario), de ahí…!”
Estoy tratando de taladrar la pared para fijar varios cortineros y después de 20 agujeros inservibles, una caída de la escalera, dos ampollas y un orgullo lacerado, finalmente logro la hazaña. La presumo en la siguiente reunión con familiares y ¿qué obtengo como comentario?: “¡Pero si es muy fácil poner cortineros, sólo tienes que medir el largo de tus cortinas, restarle 20 cm. de cada lado, colocar marcas (tendría que volver a pintar la pared para borrar todas las marcas que hice), comprar taquetes expansivos, usar…!”
Si pudiera votar, pediría que se prohibiera el uso de la frase “¡Es muy fácil!” ¿Acaso no nos damos cuenta que hay cosas que se nos facilitan porque no estamos en la condición de la otra persona? O quizá nos damos cuenta, pero deseamos enfatizar nuestro conocimiento o habilidad superior por sobre los demás.
En mi caso, no soy hábil en plomería, ni en mecánica automotriz (mi esposa diría que esta lista es más larga, pero el artículo lo estoy escribiendo yo y basta con estos dos ejemplos para establecer el punto, ¿ok?) y eso me hace blanco de las personas capaces de conectar y desconectar tuberías, o de quienes afinan sus propios autos. Siempre habrá alguien que me dirá: “¡Es muy fácil, sólo tienes que…!”
Ahora, ¿cuál es el punto? Definitivamente no es el de quejarme por todas esas personas, sino de entender que siempre existirán. El Libro de Job menciona a tres de esas personas. Cuando Job se lamentó de su desgracia, aparecieron tres interlocutores (que no estaban sintiendo lo que Job estaba sintiendo) que lo amonestaron. Job no reaccionó a ninguno de los tres, sino hasta que el propio Dios lo amonestó.
Lo que dice la Biblia:
La soberbia del hombre le acarrea humillación, pero al humilde de espíritu lo sustenta la honra. (Proverbios 29:23)
Si estamos en la posición de quien contesta, hagamos un esfuerzo por refrenar nuestras expresiones de superioridad. Si nos preguntaron es por que necesitan ayuda útil e información concreta, no una lista de nuestras capacidades y logros en la vida.
Si estamos en la posición de quien pregunta, traguémonos nuestro orgullo y aceptemos el consejo, a pesar de que venga precedido por una fuerte dosis de soberbia de la otra parte. La necedad sólo nos lleva a problemas mayores. Así que la próxima vez que tenga problemas con algo, pregunte a los expertos (y pregunte a más de uno, porque siempre existirán los pseudo-expertos que confunden más que aclarar).
Después de todo, escapar de la soberbia… “¡Es muy fácil…, sólo tiene que ser humilde!”
lunes, noviembre 26, 2007
Ofrece Cinco Millones de Dólares por Fidelidad
La Noticia:
Con la esperanza de poner fin a su soledad, un anciano estadounidense publicó un anuncio clasificado en un diario de Colombia en el que ofrece a una mujer joven, con tres o más niños pequeños, una herencia de 5 millones de dólares a cambio de fidelidad… El inédito anuncio fue publicado en la edición dominical del diario El País de la ciudad de Cali, la capital del departamento del Valle del Cauca, y conocida por la belleza de sus mujeres… “Hombre americano de 76 años busca una joven mujer de 1.60 de estatura o más alta, con tres o más niños pequeños, que quiera casarse y estar bien ella y sus hijos. Si me es sincera le puedo asegurar 5 millones de dólares después de mi muerte”, dice el anuncio… “Necesito que ella me ayude cuando así lo requiera. Disfrutará de una linda casa. Será una esposa con solo tres hijos quienes heredarán cada cosa en mi nombre. Sólo quien se case conmigo con el acuerdo de nunca irse con otro hombre después de nuestro matrimonio. Si no, ella no heredará nada”, advierte el anuncio… (reforma.com)
Comentario:
Primero lo irrelevante. Si alguien está muy serio el día de hoy, evite este párrafo y vaya al siguiente. La noticia dice: “conocida por la belleza de sus mujeres…” A los 76 años, ¿aún pone especificaciones físicas? ¿Tendrá permiso de su cardiólogo para tener luna de miel? No entiendo bien para qué quiere a los niños, ¿será que desea ruido, bullicio, en su casa? ¿O para que su mujer esté ocupada y no tenga tentaciones?
Vemos aquí a un anciano viviendo en soledad tratando de comprar, no sólo esposa, sino también fidelidad. Ciertamente no se menciona todo lo que ha vivido esta persona nacida en el 1931, pero “de la abundancia del corazón habla la boca” (Lucas 6:45), por lo que podríamos deducir que si está remarcando en su anuncio la fidelidad, es porque probablemente ha padecido de infidelidad en el pasado.
Y eso es lo triste de la noticia. No tanto que esté solo y que no tenga heredero aparente (a los 76 años bien pudo haber sobrevivido a sus familiares cercanos), sino que piense que los valores morales se compran. A su alrededor deben haber muchas abuelitas viudas, probablemente también viviendo en soledad. ¿Por qué no sacar su loción, su traje de cuadritos e invitar a alguna de ellas al cine? Conquistar a la antigüita, pues. Tendría más conversación. Después de todo una mujer joven seguramente no sabe quiénes fueron Ginger Rogers y Fred Astaire, ni conoce a los protagonistas de Casablanca, o puede mencionar alguna de las películas de Shirley Temple…
(Editor: ¡Cuidado que estás revelando tu edad!)
(Autor: Vi algunas películas antiguas…)
(Editor: ¡Claro!)
(Autor: Cuando era niño…)
(Editor: ¿Ya había color? ¿Ya hablaban en las películas?)
(Autor: Cambiemos de tema.)
Es loable que desee terminar con su soledad. Después de todo dice la Biblia:
Porque si caen, el uno levantará a su compañero; pero ¡ay del que está solo! Cuando caiga no habrá otro que lo levante. También, si dos duermen juntos se calientan mutuamente, pero ¿cómo se calentará uno solo? (Eclesiastés 4:10-11)
Pero cuidemos el método. No es con dinero.
Lo que dice la Biblia:
Entonces Pedro le dijo:
-Tu dinero perezca contigo, porque has pensado que el don de Dios se obtiene con dinero (Hechos 8:20)
De hecho, la buena noticia es que si nos volvemos a Dios, obtenemos gratis la fidelidad, la lealtad, la paz, el amor… Un matrimonio cimentado en Dios, no tiene porqué estar viviendo en zozobra o con celos, ni tiene porqué estar tratando de contratar detectives para descubrir infidelidades. Un matrimonio cimentado en Dios, sin importar la edad de los cónyuges, confía el uno en el otro.
¿Ha sentido celos alguna vez? Olvídese del espionaje y pruebe la receta más sencilla (y gratis) en contra de la infidelidad: El Evangelio de Jesús.
Con la esperanza de poner fin a su soledad, un anciano estadounidense publicó un anuncio clasificado en un diario de Colombia en el que ofrece a una mujer joven, con tres o más niños pequeños, una herencia de 5 millones de dólares a cambio de fidelidad… El inédito anuncio fue publicado en la edición dominical del diario El País de la ciudad de Cali, la capital del departamento del Valle del Cauca, y conocida por la belleza de sus mujeres… “Hombre americano de 76 años busca una joven mujer de 1.60 de estatura o más alta, con tres o más niños pequeños, que quiera casarse y estar bien ella y sus hijos. Si me es sincera le puedo asegurar 5 millones de dólares después de mi muerte”, dice el anuncio… “Necesito que ella me ayude cuando así lo requiera. Disfrutará de una linda casa. Será una esposa con solo tres hijos quienes heredarán cada cosa en mi nombre. Sólo quien se case conmigo con el acuerdo de nunca irse con otro hombre después de nuestro matrimonio. Si no, ella no heredará nada”, advierte el anuncio… (reforma.com)
Comentario:
Primero lo irrelevante. Si alguien está muy serio el día de hoy, evite este párrafo y vaya al siguiente. La noticia dice: “conocida por la belleza de sus mujeres…” A los 76 años, ¿aún pone especificaciones físicas? ¿Tendrá permiso de su cardiólogo para tener luna de miel? No entiendo bien para qué quiere a los niños, ¿será que desea ruido, bullicio, en su casa? ¿O para que su mujer esté ocupada y no tenga tentaciones?
Vemos aquí a un anciano viviendo en soledad tratando de comprar, no sólo esposa, sino también fidelidad. Ciertamente no se menciona todo lo que ha vivido esta persona nacida en el 1931, pero “de la abundancia del corazón habla la boca” (Lucas 6:45), por lo que podríamos deducir que si está remarcando en su anuncio la fidelidad, es porque probablemente ha padecido de infidelidad en el pasado.
Y eso es lo triste de la noticia. No tanto que esté solo y que no tenga heredero aparente (a los 76 años bien pudo haber sobrevivido a sus familiares cercanos), sino que piense que los valores morales se compran. A su alrededor deben haber muchas abuelitas viudas, probablemente también viviendo en soledad. ¿Por qué no sacar su loción, su traje de cuadritos e invitar a alguna de ellas al cine? Conquistar a la antigüita, pues. Tendría más conversación. Después de todo una mujer joven seguramente no sabe quiénes fueron Ginger Rogers y Fred Astaire, ni conoce a los protagonistas de Casablanca, o puede mencionar alguna de las películas de Shirley Temple…
(Editor: ¡Cuidado que estás revelando tu edad!)
(Autor: Vi algunas películas antiguas…)
(Editor: ¡Claro!)
(Autor: Cuando era niño…)
(Editor: ¿Ya había color? ¿Ya hablaban en las películas?)
(Autor: Cambiemos de tema.)
Es loable que desee terminar con su soledad. Después de todo dice la Biblia:
Porque si caen, el uno levantará a su compañero; pero ¡ay del que está solo! Cuando caiga no habrá otro que lo levante. También, si dos duermen juntos se calientan mutuamente, pero ¿cómo se calentará uno solo? (Eclesiastés 4:10-11)
Pero cuidemos el método. No es con dinero.
Lo que dice la Biblia:
Entonces Pedro le dijo:
-Tu dinero perezca contigo, porque has pensado que el don de Dios se obtiene con dinero (Hechos 8:20)
De hecho, la buena noticia es que si nos volvemos a Dios, obtenemos gratis la fidelidad, la lealtad, la paz, el amor… Un matrimonio cimentado en Dios, no tiene porqué estar viviendo en zozobra o con celos, ni tiene porqué estar tratando de contratar detectives para descubrir infidelidades. Un matrimonio cimentado en Dios, sin importar la edad de los cónyuges, confía el uno en el otro.
¿Ha sentido celos alguna vez? Olvídese del espionaje y pruebe la receta más sencilla (y gratis) en contra de la infidelidad: El Evangelio de Jesús.
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lunes, noviembre 19, 2007
Atención
¿Le ha ocurrido que cuando está tratando de dar instrucciones a su hijo, este parece ensimismado en su música, la TV o su lectura? ¿Quizá le ha ocurrido con amigos, compañeros de trabajo, estudiantes, o incluso subordinados? ¿No? ¡Felicidades! Parece estar rodeado de personas atentas. ¿Si? Sepa que no está solo. En cualquier caso, quizá le convenga seguir leyendo sobre la Atención.
Según el diccionario, atención tiene tres acepciones cercanas entre si. 1: Estado de ser observador y cuidadoso con lo que se hace. 2: Estar atento a la comodidad de los demás. 3: Demostrar cortesía a los demás.
Supongo que no le pediría a su hijo de dos años que se lleve a la cocina una charola llena de vasos de vidrio. Evidente. ¿Cierto? A esa edad, el niño no es capaz de ser cuidadoso con lo que hace. Pero, ¿cómo explicamos que haya adultos que no se estacionan para contestar el celular? ¿Amas de casa que dejan las hornillas encendidas mientras van por los hijos? ¿Jóvenes con algunas copas que toman el volante porque se sienten “bien”? La mayoría de los accidentes automovilísticos y en el hogar son por descuidos. Y esto debería bastar para llamar la atención sobre el significado y aplicación del concepto Atención, pero es importante también considerar su aplicación en relación con las personas que nos rodean.
Es cuando nos relacionamos con la gente que se pone a prueba nuestra capacidad para tener atención. El primer aspecto es saber escuchar. ¿Sabemos? ¿Nos concentramos en las palabras que salen de nuestro interlocutor? ¿O estamos tan ocupados con nuestro propio discurso que realmente no comprendemos la postura de la otra parte, que por cierto queda frustrada?
La Biblia dice que escuchar y hablar poco es de sabios.
Escucha, hijo mío, y sé sabio: endereza tu corazón al buen camino. (Proverbios 23:19)
En las muchas palabras no falta pecado; el que refrena sus labios es prudente. (Proverbios 10:19)
Prestemos atención a quien se dirige a nosotros, sin prejuicios. Escuchemos al cien por ciento, mostrando que entendemos y después expongamos nuestra postura, la cual tendrá más solidez (por haberse formado después de toda la exposición de nuestro interlocutor) y mejor aceptación (por la buena voluntad que cosecharemos al haber escuchado atentamente). Respeto genera respeto.
Otro aspecto de la atención es saber concentrarnos en lo que hacemos. Es falso que las personas puedan concentrarse en más de una actividad al mismo tiempo. Podrán realizar dos o más cosas simultáneamente (la mamá que cocina y ayuda con la tarea, el papá que conduce y habla por el celular, etc.) pero sólo una está captando su atención en un momento determinado, mientras que la otra, u otras, están en piloto automático. Cierto que se puede saltar entre una y otra, más o menos rápidamente, pero en ese caso ninguna está atrayendo la concentración total.
El punto importante aquí, no es tanto el recomendar que se debe concluir una actividad antes de iniciar otra (después de todo, existen cosas que podemos hacer con un mínimo de atención), sino comprender que si existe algo que vale la pena realizar (atender al conferencista, las conversaciones, leer este artículo, etc.), algo que implique riesgos (conducir, trabajo con herramientas, usar fuego, etc.), o algo que es nuestra responsabilidad (estudio, trabajo) deberíamos comprender que merece dedicarle nuestra concentración total.
Finalmente, y quizás lo más importante, deberíamos saber poner atención a nuestra relación con Dios. Nuestra vida y la de aquellos que nos rodean mejorarían, puede tener implicaciones eternas y nos infundirá aliento, propósito y motivación en nuestro diario andar. Leamos con atención la Palabra y concentrémonos en aplicar sus principios.
Según el diccionario, atención tiene tres acepciones cercanas entre si. 1: Estado de ser observador y cuidadoso con lo que se hace. 2: Estar atento a la comodidad de los demás. 3: Demostrar cortesía a los demás.
Supongo que no le pediría a su hijo de dos años que se lleve a la cocina una charola llena de vasos de vidrio. Evidente. ¿Cierto? A esa edad, el niño no es capaz de ser cuidadoso con lo que hace. Pero, ¿cómo explicamos que haya adultos que no se estacionan para contestar el celular? ¿Amas de casa que dejan las hornillas encendidas mientras van por los hijos? ¿Jóvenes con algunas copas que toman el volante porque se sienten “bien”? La mayoría de los accidentes automovilísticos y en el hogar son por descuidos. Y esto debería bastar para llamar la atención sobre el significado y aplicación del concepto Atención, pero es importante también considerar su aplicación en relación con las personas que nos rodean.
Es cuando nos relacionamos con la gente que se pone a prueba nuestra capacidad para tener atención. El primer aspecto es saber escuchar. ¿Sabemos? ¿Nos concentramos en las palabras que salen de nuestro interlocutor? ¿O estamos tan ocupados con nuestro propio discurso que realmente no comprendemos la postura de la otra parte, que por cierto queda frustrada?
La Biblia dice que escuchar y hablar poco es de sabios.
Escucha, hijo mío, y sé sabio: endereza tu corazón al buen camino. (Proverbios 23:19)
En las muchas palabras no falta pecado; el que refrena sus labios es prudente. (Proverbios 10:19)
Prestemos atención a quien se dirige a nosotros, sin prejuicios. Escuchemos al cien por ciento, mostrando que entendemos y después expongamos nuestra postura, la cual tendrá más solidez (por haberse formado después de toda la exposición de nuestro interlocutor) y mejor aceptación (por la buena voluntad que cosecharemos al haber escuchado atentamente). Respeto genera respeto.
Otro aspecto de la atención es saber concentrarnos en lo que hacemos. Es falso que las personas puedan concentrarse en más de una actividad al mismo tiempo. Podrán realizar dos o más cosas simultáneamente (la mamá que cocina y ayuda con la tarea, el papá que conduce y habla por el celular, etc.) pero sólo una está captando su atención en un momento determinado, mientras que la otra, u otras, están en piloto automático. Cierto que se puede saltar entre una y otra, más o menos rápidamente, pero en ese caso ninguna está atrayendo la concentración total.
El punto importante aquí, no es tanto el recomendar que se debe concluir una actividad antes de iniciar otra (después de todo, existen cosas que podemos hacer con un mínimo de atención), sino comprender que si existe algo que vale la pena realizar (atender al conferencista, las conversaciones, leer este artículo, etc.), algo que implique riesgos (conducir, trabajo con herramientas, usar fuego, etc.), o algo que es nuestra responsabilidad (estudio, trabajo) deberíamos comprender que merece dedicarle nuestra concentración total.
Finalmente, y quizás lo más importante, deberíamos saber poner atención a nuestra relación con Dios. Nuestra vida y la de aquellos que nos rodean mejorarían, puede tener implicaciones eternas y nos infundirá aliento, propósito y motivación en nuestro diario andar. Leamos con atención la Palabra y concentrémonos en aplicar sus principios.
martes, noviembre 13, 2007
Inundaciones en Tabasco
La Noticia:
Largas filas de tabasqueños se observan en espera de que la Cruz Roja les entregue despensas… La ONU mencionó que los afectados de Tabasco por las inundaciones podrían ser considerados los primeros ejemplos de "migrantes climáticos"… (eluniversal.com.mx)
Comentario:
Si bien algunos analistas claman que la tragedia en Tabasco se hubiera podido evitar con ciertas obras hidráulicas, otros afirman que la fuerza de la naturaleza de todos modos sobrepasó lo esperado. Añaden estos últimos además, que el calentamiento global (provocado por la actividad económica humana) es en buena medida el culpable de estos desastres naturales. Muy probablemente fue una combinación y el problema se produjo debido a las tormentas abundantes aunadas a una situación hidráulica peculiar en presas aledañas.
De lo que no cabe duda es que en buena medida el hombre fue el culpable. Ya sea porque en su afán de producción industrial olvida al Medio Ambiente y lo deteriora alterando el precioso balance que permite la vida, o porque deja para después obras que podrían minimizar los efectos catastróficos de los fenómenos naturales. En ambos casos, la mayordomía del hombre que le fue asignada por Dios en Génesis, queda en entredicho.
Y les dio su bendición: "Tengan muchos, muchos hijos; llenen el mundo y gobiérnenlo; dominen a los peces y a las aves, y a todos los animales que se arrastran.” (Génesis 1:28, Dios Habla Hoy)
A final de cuentas, la causa de todo fue el pecado. Existe un desorden en el mundo debido al pecado que quizás ya no pueda ser revertido. En Mateo 24:6-7 se explica lo que está sucediendo:
Oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca, pero aún no es el fin. Se levantará nación contra nación y reino contra reino; y habrá pestes, hambres y terremotos en diferentes lugares.
(Mateo 24:6-7)
Así esta tragedia y muchas similares en otras partes del mundo eran necesarias para que se cumpla la Escritura y la gente se de cuenta que lo expresado en la Biblia era cierto y así se glorifique a Dios. Y si continuamos leyendo el mismo capítulo de Mateo, el autor nos advierte que debemos estar alertas. Y no se refiere a aprender a nadar o a comprar un seguro de vida, sino garantizar la vida eterna poniéndonos a cuentas con Jesús.
No debemos por eso tomar la actitud fatalista: “De todos modos ya nada importa, ya todo está escrito y no podemos escaparnos.” Debemos ser íntegros, leales, trabajadores, con carácter cristiano. Si cuidamos las cosas, debemos ahora cuidarlas mejor: reciclar, cuidar el agua, no tirar basura en las calles, etc.
Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos. (Hebreos 2:1)
La Escritura no especifica cuándo será el fin o cuánto tiempo transcurrirá entre las señales y el fin mismo. Pero lo importante no es definir la fecha o apostar por un año en particular, sino acercarnos a Dios. Para usar una ilustración deportiva, si estamos del lado ganador, no nos debe preocupar el momento en que termine el partido.
Un segundo aspecto a considerar en esta noticia es la misericordia que ha mostrado mucha gente alrededor del mundo enviando apoyo a los damnificados de Tabasco. Es gratificante observar cómo aún gente con escasos recursos económicos se desprende de algo para contribuir. Si bien es cierto que la maldad en el mundo se ha incrementado, también podemos atestiguar estos gestos de bondad y amor.
Lo que dice la Biblia
Asimismo, hermanos, os hacemos saber la gracia de Dios que se ha dado a las iglesias de Macedonia; que en grande prueba de tribulación, la abundancia de su gozo y su profunda pobreza abundaron en riquezas de su generosidad. Pues doy testimonio de que con agrado han dado conforme a sus fuerzas, y aun más allá de sus fuerzas, pidiéndonos con muchos ruegos que les concediésemos el privilegio de participar en este servicio para los santos. (2 Corintios 8:1-4)
Ciertamente es difícil imaginarse en la posición de un damnificado que lo perdió todo en un desastre natural, pero gracias a Dios que existen personas que dan “aun más allá de sus fuerzas.”
Largas filas de tabasqueños se observan en espera de que la Cruz Roja les entregue despensas… La ONU mencionó que los afectados de Tabasco por las inundaciones podrían ser considerados los primeros ejemplos de "migrantes climáticos"… (eluniversal.com.mx)
Comentario:
Si bien algunos analistas claman que la tragedia en Tabasco se hubiera podido evitar con ciertas obras hidráulicas, otros afirman que la fuerza de la naturaleza de todos modos sobrepasó lo esperado. Añaden estos últimos además, que el calentamiento global (provocado por la actividad económica humana) es en buena medida el culpable de estos desastres naturales. Muy probablemente fue una combinación y el problema se produjo debido a las tormentas abundantes aunadas a una situación hidráulica peculiar en presas aledañas.
De lo que no cabe duda es que en buena medida el hombre fue el culpable. Ya sea porque en su afán de producción industrial olvida al Medio Ambiente y lo deteriora alterando el precioso balance que permite la vida, o porque deja para después obras que podrían minimizar los efectos catastróficos de los fenómenos naturales. En ambos casos, la mayordomía del hombre que le fue asignada por Dios en Génesis, queda en entredicho.
Y les dio su bendición: "Tengan muchos, muchos hijos; llenen el mundo y gobiérnenlo; dominen a los peces y a las aves, y a todos los animales que se arrastran.” (Génesis 1:28, Dios Habla Hoy)
A final de cuentas, la causa de todo fue el pecado. Existe un desorden en el mundo debido al pecado que quizás ya no pueda ser revertido. En Mateo 24:6-7 se explica lo que está sucediendo:
Oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca, pero aún no es el fin. Se levantará nación contra nación y reino contra reino; y habrá pestes, hambres y terremotos en diferentes lugares.
(Mateo 24:6-7)
Así esta tragedia y muchas similares en otras partes del mundo eran necesarias para que se cumpla la Escritura y la gente se de cuenta que lo expresado en la Biblia era cierto y así se glorifique a Dios. Y si continuamos leyendo el mismo capítulo de Mateo, el autor nos advierte que debemos estar alertas. Y no se refiere a aprender a nadar o a comprar un seguro de vida, sino garantizar la vida eterna poniéndonos a cuentas con Jesús.
No debemos por eso tomar la actitud fatalista: “De todos modos ya nada importa, ya todo está escrito y no podemos escaparnos.” Debemos ser íntegros, leales, trabajadores, con carácter cristiano. Si cuidamos las cosas, debemos ahora cuidarlas mejor: reciclar, cuidar el agua, no tirar basura en las calles, etc.
Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos. (Hebreos 2:1)
La Escritura no especifica cuándo será el fin o cuánto tiempo transcurrirá entre las señales y el fin mismo. Pero lo importante no es definir la fecha o apostar por un año en particular, sino acercarnos a Dios. Para usar una ilustración deportiva, si estamos del lado ganador, no nos debe preocupar el momento en que termine el partido.
Un segundo aspecto a considerar en esta noticia es la misericordia que ha mostrado mucha gente alrededor del mundo enviando apoyo a los damnificados de Tabasco. Es gratificante observar cómo aún gente con escasos recursos económicos se desprende de algo para contribuir. Si bien es cierto que la maldad en el mundo se ha incrementado, también podemos atestiguar estos gestos de bondad y amor.
Lo que dice la Biblia
Asimismo, hermanos, os hacemos saber la gracia de Dios que se ha dado a las iglesias de Macedonia; que en grande prueba de tribulación, la abundancia de su gozo y su profunda pobreza abundaron en riquezas de su generosidad. Pues doy testimonio de que con agrado han dado conforme a sus fuerzas, y aun más allá de sus fuerzas, pidiéndonos con muchos ruegos que les concediésemos el privilegio de participar en este servicio para los santos. (2 Corintios 8:1-4)
Ciertamente es difícil imaginarse en la posición de un damnificado que lo perdió todo en un desastre natural, pero gracias a Dios que existen personas que dan “aun más allá de sus fuerzas.”
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