viernes, noviembre 02, 2018

No Solo de Pan

Jesús le respondió: Escrito está: “No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios” … (Mateo 4:4).

Seguramente recuerda esta cita. Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para que el diablo lo tentara. Nótese que no fue el diablo quien lo llevó, fue Dios el que permitió la tentación. Tome nota para cuando enfrente alguna. Jesús pasó ayunando 40 días (con sus noches incluidas, se hace la aclaración en Mateo) y por supuesto que tuvo hambre. La tentación no fue el hambre, el hambre es una necesidad corporal. La tentación fue usar un poder que no va con la naturaleza humana: “convertir piedras en pan.” Y ya encarrerados con ese poder, ¿por qué limitarse en pan? Aunque no quedó registrado, tal vez el diablo también sugirió convertir unas ramas secas en espagueti y el cadáver de alguna lagartija en carnita asada sonorense. Jesús, a pesar de estar hambriento, no cedió a la tentación.

Y no solo eso, sino que utilizó la oportunidad para expresar una de las más famosas frases: “No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.” En ella expresó el poder del espíritu. Si nuestro espíritu está alimentado, tendremos fuerza de voluntad. Un espíritu satisfecho, enfrenta adversidades. Un espíritu lleno de energía es capaz de oponerse al diablo. ¡Qué gran lección!

Sin embargo, muchos de nosotros ponemos a dieta el espíritu. El versículo dice claramente que debemos alimentar el espíritu con la palabra de Dios. Leer la Biblia pues. Al cuerpo no se nos olvida alimentarlo, incluso hasta llegar al sobrepeso, pero nuestro espíritu está en los huesos.

En la cita a la que estamos haciendo referencia, fue el diablo el que tentó sin éxito a Jesús. ¿No cree que el diablo también aprendió una lección de ese episodio? “El que alimenta bien su espíritu no cae en tentaciones.” Y… ¿qué cree que intenta hoy en día? ¡Acertó! Ponerle trabas en el camino para que no abra su Biblia: ocupaciones, distracciones, chismes, entretenimiento, etc. Tal vez esté feliz por la aparición de las redes sociales. Solitos nos distraemos con ellas abriendo el Facebook o el WhatsApp antes que la Biblia (aunque esta también esté en nuestro celular) y el diablo puede irse a tomar un café (o lo que beban allá abajo). No tiene que preocuparse en distraernos.

No me malentienda. No estoy diciendo que las redes sociales sean diabólicas. Tienen su razón de ser y su utilidad. Lo único diabólico es no dedicarle nada de nuestro tiempo diario a nuestro Dios. Ignorar su Palabra y matar de hambre a nuestro espíritu. Pero el remedio es sencillo: Propóngase dedicar un tiempo cada día a la lectura y reflexión de la Biblia y no permita distracciones, así tenga que hacer algo tan radical como… ¡apagar el celular!

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