lunes, julio 11, 2016

Adolescentes Chinos se Suicidan tras Reprobar Exámenes

La Noticia:
En China causó conmoción el suicidio de dos adolescentes que se lanzaron desde lo alto de un edificio por no aprobar los exámenes escolares. Del hecho poco se sabe, únicamente se conoce que los jóvenes se quitaron la vida ante el temor de que sus padres se decepcionaran al saber que no lograron calificaciones eficientes en las pruebas… (excelsior.com.mx).

Comentario:
La noticia no dice si los exámenes fueron de matemáticas, geografía, historia o… chino (supongo que no llevan español en las secundarias de allá). No sabemos qué materia los traumó tanto al punto de quitarse la vida en lugar de enfrentar a sus padres y confesar que no estudiaron. ¿Se imaginan tener que escribir un ensayo usando los caracteres chinos? Preferiría enfrentar un examen de cálculo integral, o resolver raíces cuadradas de seis dígitos sin calculadora (¿se acuerda? ¿no le tocó? De lo que se perdió).

Pero el punto principal de la noticia es la relación padres-hijos. ¿Hasta qué punto puede un padre presionar a sus hijos a obtener buenas calificaciones? ¿No hay cosas más importantes en la vida? Ciertamente a cualquier padre le gustaría que sus hijos fueran los primeros en la escuela, pero de ahí a desarrollar miedo en la relación existe un abismo.

Respetar a los padres es una cosa, tenerles miedo es otra. ¿Recuerdan al hijo pródigo del Nuevo Testamento? A pesar de que el padre tenía todo el derecho de estar decepcionado, lo recibió con gusto y lo consoló. Si nuestros hijos regresan de la escuela con 50s y 60s de calificación, lo que tenemos que hacer es sentarnos y analizar qué ocurrió. Está dentro de las posibilidades la existencia de cierta disciplina si las malas notas fueron por jugar demasiados videojuegos, pasar demasiado tiempo en Facebook o WhatsApp, pero debe quedar sentado que las medidas son por amor y que se les apoyará en los estudios. Disciplina con amor, no es para temer, sino para agradecer.

Lo que dice la Biblia:
¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente? (Mateo 7:9-10).

En último caso, si nuestro hijo/a no es brillante para las matemáticas, no los acomplejemos. Hay diferentes tipos de inteligencia. Tal vez, la música es lo suyo, o la pintura, o la poesía, en cuyo caso sólo necesitan saber sumar y restar para poder vender sus pinturas, su música o sus poemas. Si es usted padre, sea amoroso y comprensivo. Si es usted hijo/a, entable comunicación con sus padres para encontrar una solución. Con Dios, saldremos adelante juntos de la crisis.

2 comentarios:

Cecil Sampedro dijo...

Las matemáticas no es un problema, el problema es como le enseñan, el método de dar a un grupo de estudiantes no lo es, pero sí se puede individualizar dentro del grupo y ésto es ya del empeño de papa y mamá o alguien cercano. No todos captan al mismo tiempo es ahí el problema unos requieren de más tiempo repeticiones. El no haber visto o escuchado tan solo un punto, una coma se maldició la materia
Busquemos ayuda adicional y aprenderán de ahí que no le guste está bien pero si puede resolver matemáticas. Han hecho un misterio de ella !No! hay carreras que sólo piden el básico de la matemática, y por no comprenderlo no pueden seguir su sueño

Cecil Sampedro dijo...

Las matemáticas no es un problema, el problema es como le enseñan, el método de dar a un grupo de estudiantes no lo es, pero sí se puede individualizar dentro del grupo y ésto es ya del empeño de papa y mamá o alguien cercano. No todos captan al mismo tiempo es ahí el problema unos requieren de más tiempo repeticiones. El no haber visto o escuchado tan solo un punto, una coma se maldició la materia
Busquemos ayuda adicional y aprenderán de ahí que no le guste está bien pero si puede resolver matemáticas. Han hecho un misterio de ella !No! hay carreras que sólo piden el básico de la matemática, y por no comprenderlo no pueden seguir su sueño