Radiantes están los que a Él acuden; jamás su rostro se cubre de vergüenza… (Salmos 34:5).
Comencemos
por la definición en el diccionario de la Real Academia Española. Radiante: adj. Brillante, resplandeciente,
que siente y manifiesta gozo o alegría grandes. Si luego de leer la
definición y volver a leer el versículo no siente un orgullo especial por Dios,
algo marcha mal en sus emociones. ¿No le emociona un atardecer de mil colores?
¿No le entusiasma presenciar una luna llena en medio de una noche estrellada?
Imagine
una luna llena. ¿No le parece que la palabra radiante puede describirla? Y, sin
embargo, la luna no posee luz propia, sólo refleja la luz del sol si se
encuentra en el ángulo adecuado. Sin duda a eso se refiere la cita: Radiantes están los que a Él acuden…
Nadie
tiene luz propia, sólo si nos ponemos en las manos de Dios podemos brillar. Verifíquelo
a su alrededor. Están los que ponen su confianza en el esfuerzo de sus manos
para lograr fama, riqueza y poder. Aún cuando consigan lo anterior, ¿cómo
pueden estar radiantes si le dan la espalda a Dios? Están en el ángulo
equivocado.
Están
los que caen en fornicación, adulterio, o pornografía, supuestamente para
obtener placer, pero lo único que obtienen es un rostro sombrío atormentado por
la culpa. ¿Cómo pueden estar radiantes si hacen lo que le incomoda a Dios? La
segunda parte de la cita dice: …jamás su
rostro se cubre de vergüenza.
¿Cómo
entonces estar radiante? Lo dice el versículo. Y es tan fácil que asombra que
mucha gente no lo intente… Acudir a Él.
1 comentario:
Muy cierto que bello es brillar a la luz de la palabra de Dios ella nos hace resplandecer cuando la obedecemos bendiciones linda reflexión
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