lunes, junio 25, 2018

Refugio


Solo él puede librarte de las trampas del cazador y de mortíferas plagas, pues te cubrirá con sus plumas y bajo sus alas hallarás refugio. ¡Su verdad será tu escudo y tu baluarte! (Salmo 91:3-4).

Estaba leyendo que existe cierto debate en la autoría del Salmo 91. Hay quienes dicen que lo compuso David, lo cual no sería raro, ya que compuso muchos otros salmos y el tema de la confianza en Dios está en más de uno. Pero otros dicen que lo compuso Moisés (de hecho, el Salmo 90 se le atribuye a él) y el estilo no está tan apartado del 91. Participe en el debate. Lea los salmos 90 y 91 y opine si los escribió la misma persona.

Ahora bien, quienquiera que haya sido, conoció el miedo. Podemos imaginar a Moisés encerrado en su casa mientras en la noche de Pascua pasaba el Ángel del Señor matando a los primogénitos de los egipcios, orando y escribiendo este salmo. O podemos imaginar a David, huyendo de Saúl, escondido en una cueva escribiendo con una vela.

El temor existió desde que la humanidad abandonó el Jardín del Edén, existió en los tiempos de Moisés y David y aún existe en nuestros días. Tal vez no nos aterre la persecución de un faraón o un rey, pero qué decir de la inflación, de la falta de trabajo, de los recortes de personal, de las tarjetas de crédito saturadas. O peor aún, de las enfermedades imprevistas, infecciones resistentes a los antibióticos (nuestras plagas modernas), de los accidentes automovilísticos, o las secuelas de las enfermedades crónicas. Y no podemos dejar fuera de esta lista a los asaltos, los robos a casa habitación, el auto o nuestros queridos aparatos electrónicos. Por último, los conflictos personales y el apocalipsis zombi… (está bien, borre este último de la lista).

El punto es, existen muchos motivos de temor hoy en día, pero en Dios podemos encontrar refugio. Él es nuestra fortaleza. ¿Tiene algún temor? ¡Despreocúpese! ¡Hay un refugio cerca!

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