viernes, marzo 13, 2015

¿Dios puede olvidarse de su gente?

Pero envió delante de ellos a un hombre: a José, vendido como esclavo. Le sujetaron los pies con grilletes, entre hierros le aprisionaron el cuello, hasta que se cumplió lo que él predijo y la palabra del Señor probó que él era veraz (Salmo 105:17-17).

¿Ha considerado alguna vez el caso de José? José recibía sueños por parte de Dios, lo que quiere decir que Dios lo consideraba como alguien especial, y aun así fue vendido como esclavo, encadenado y posteriormente incluso encarcelado. ¿Dios puede olvidarse de su gente?

En realidad Dios jamás se olvidó de José, lo estaba refinando. Si recuerda la historia de José, cuando recibía sueños por parte de Dios los presumía ante sus hermanos y mostraba un orgullo infantil. Percibiéndolo, Dios decidió domar su carácter. José pasó penurias, no porque sus sueños no provinieran de Dios, sino porque su personalidad no era acorde a la voluntad de Dios. Así como se refina el oro, Dios refinó a José y luego lo puso en un lugar de honor desde el cual salvaría a su familia.

Quizás estemos pasando por algunos problemas en nuestras vidas. Aunque puede haber muchas razones en la voluntad de Dios para permitirlos, reflexionemos por un momento si Dios no está tratando de refinar nuestro carácter o personalidad. Quizás no nos hemos dado cuenta de que poseemos un orgullo desmedido, un carácter irascible, una tibieza en nuestras decisiones, algo de desenfreno o libertinaje, falta de pasión por Dios, etc., (medite en su propia personalidad), y Dios quiere llamar nuestra atención. Recuerde que una meta sana durante nuestra vida terrenal, es que nuestro carácter refleje el de Cristo. Reflexione si está trabajando en ello.

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