10 Un solo día en tus atrios, ¡es mejor que mil en cualquier otro
lugar!
Prefiero ser un portero en la casa de mi Dios que vivir la buena
vida en la casa de los perversos.
11 Pues el Señor Dios es nuestro sol y nuestro escudo; él nos da
gracia y gloria.
El Señor no negará ningún bien a quienes hacen lo que es correcto.
12 Oh Señor de los Ejércitos Celestiales, ¡qué alegría tienen los
que confían en ti! (Salmos 84:10-12, NTV).
El
Salmo 84 es uno de los preferidos para alabar a Dios. Pero cuando se lee
completo y de corrido, se pierden ciertos detalles. Por ejemplo, veamos los
versículos 10 al 12.
Se entendería que un día en
los atrios, es un día de cercanía con Dios, no importa cuál sea el sitio
geográfico puntual. ¿Por qué pasar tres años con los perversos, personas
alejadas de Dios, cualesquiera que fuese su pecado, podría ser mejor que un día
de comunión con Dios? Vida en pecado, no es vida. Vida con Dios es plenitud.
En el verso 11 se afirma que
Dios es Sol y Escudo. No sólo nos ilumina, nos conforta, nos libra del frío,
sino que, además, como escudo, nos protege, detiene los dardos del enemigo y
nos cubre. Vivir en temor es casi como ofenderlo.
Y lo mejor de todo, ahí mismo
en el verso 11, es cuando dice que nos da “Gracia y Gloria.”
En telefonía, 2G es muy poco,
pero en el lenguaje de Dios, esta doble G es lo máximo. Gracia: porque somos
humanos falibles no merecedores de su perdón, y sin embargo… nos recibe como
hijos preferidos.
Gloria: porque somos humanos
falibles no merecedores de su perdón, y sin embargo… nos otorga vida eterna.
No confundamos la gloria que
otorga Dios con los miles de “me gusta” en Facebook. Regresemos al inicio del
verso 10: Un solo día en tus atrios…
Y el remate, como consecuencia
lógica de lo anterior: ¡Qué
alegría tienen los que confían en ti!
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